miércoles, 17 de marzo de 2010

Love Will Tear Us Apart

Vuelvo, y curado de todos mis males, físicos y existenciales.
Físicos, pues primero tuve anginas, y luego los antibióticos que me recetó la doctora del servicio médico de la empresa me provocaron una gastroenteritis de cagarse, claro. Seguramente la doctora Muerte estudió en la Universidad de Vic. Resultado: 4 kilos menos, y es que una enfermedad mal diagnosticada es mejor que cualquier dieta o conato de bulimia.
Existenciales: bueno, lo de que se fuera mi hermano no me provocó una inmensa alegría, pero ya me he acostumbrado a mi piso, y la verdad es que cada día queda ordenado e impoluto.

Ahora, lo demás, y al margen de toda duda mis amigos no son en absoluto megararos ni yo me acerco a ellos para parecer normal. Este mes se me está dando bastante bien en varios sentidos, me muevo cual libélula entre las problemáticas diarias, ágil como una Komanecci, grácil cual negrata bailando claqué. Y todos los días me levanto a las 6:36 de la mañana, porque siempre me gusta levantarme a horas compuestas por múltiplos de 3 y, a ser posible, capicúas. Esto son manías que me duran algunos años, igual que cuando me obcecaba en dejar las cosas importantes para los días pares.

Hoy, me ha apetecido mentir de buena mañana, y ayer tuve la suerte de conseguir 20 euros por el morro, que dados los tiempos que corren, constituyen una pequeña fortuna. Una pequeña fortuna o un gran solomillo, depende del objeto de la inversión. Pero, como he dicho, me apetecía mentir. Así que he llegado al trabajo y le he dicho a Cris que me había encontrado un billete en el suelo, que era mi día de suerte, que los astros estaban alineados a mi favor. Así que hemos empezado a hablar, y bueno, nada. Luego le he tirado un paquete de cleenex a otro para que no se despistara. En fin, soy un experto en técnicas de motivación y estímulo de la concentración.


Hoy saldré a las putas 6 de la tarde, me iré a casa y me pondré a aporrear el bajo. Cada día mejor, cada día hago unos cuantos ejercicios que me permitan ser más ágil, toco algo utilizando sólo el dedo meñique y ensayo el Love will tear us apart de Joy Division. Luego veré el fúngorl, y veremos si se tercia o no compañía. No sé. Lo que sí que sé es que todo cuanto hago últimamente lo hago dirigido a mi beneficio y el de lo que me rodea, lo mismo que cuando actualicé mi estado de Facebook insinuando que quería olvidar un par de cosas. Nanay, sólo una estrategia con el resultado deseado.

lunes, 1 de marzo de 2010

Crying in the Rain

Llego a mi casa y lo primero que hago es llevar la tele de mi cuarto al salón, que ahora ya tengo. Luego muevo el sofá hasta allí.
Termino, conecto y me voy a desvestir a mi cuarto. Me pongo el pijama, sólo porque tengo algo de frío. Y un poco todo este nuevo vacío me envuelve, porque se ha vaciado esto un huevo, en sólo un día. Todo el silencio me revienta los tímpanos, como si alguna vez yo hubiera sido un ruidoadicto, y más bien es al contrario. Pero claro, por la puerta hoy ya no va a entrar nadie (salvo desagradable sorpresa), y todo esto se me antoja raro. No había pensado en absoluto en cómo me iba a sentir, convencido de que nada iba a cambiar.
Y una mierda.
Estoy llorando como una puta magdalena.

Hasta distingo como mis mofletes se vienen abajo arrastrados por los pucheros que se estiran desde las comisuras de mis labios. Todo esto no es por quedarme solo, esa parte no es la mala. Imagínate.
En realidad no hay parte mala en todo esto, el propósito es que nos zampemos un buen plato de perdices en Zurich cada x tiempo, cuando x tiende a 0. Es decir, más pronto que tarde.
Pero no lloro por eso.
Estoy llorando porque se me ha metido algo en el ojo.
No estoy llorando, son sólo algunas gotas de lluvia deslizándose por mis carrillos.

Y bueno, ahora es cuando digo que tengo 32 años, que no lloraba desde que vi Up hace unos meses y que no recuerdo la vez anterior. Que esto no es un hecho corriente y que mañana no me acordaré de nada, que saldrá el sol y los putos pájaros cantarán al amanecer. Sí, cantarán algo de Joy Division. Sí, o una de los Chunguitos, que para el caso da lo mismo.