jueves, 20 de mayo de 2010

Kick Ass

Llevaba 2 días dejando de lado la lectura de Galápagos, y finalmente en el trayecto de vuelta de Sant Cugat lo he comenzado. Qué poco va a durar, me da a mí. Y más teniendo en cuenta que esta tarde recibí un mensaje que no me hizo demasiado gracia -más bien ninguna-, y que me obliga a plantearme una rendición en el principal frente. Atacar conlleva una posible derrota, pero no la esperaba tan pronta. ¿Qué le vamos a hacer? Enfrentarse significa exponerse, y exponerse acarrea un rieso. Los coches tienen cuatro ruedas y las casas puertas, puestos a escupir obviedades de mierda. No estoy cabreado, simplemente llevo unos cuantos días desplegando un estilo más bien directo.
Como muestra un botón, si pudiera acaso explicar lo que fui a hacer ayer por la tarde y que tan (--)
Dale al Play:

Tan y una mierda.
Desde que escribí el párrafo anterior han transcurrido 2 días, lo dejé en ese punto, no sabía realmente qué era lo que estaba queriendo escribir, o más bien simplemente me percaté de que no me llevaba a ningún sitio. ¿Y qué? El fin de semana ha sido algo deprimente, pese al buen inicio del viernes, disfrutando de cena japonesa y un Manhattan en un bar pomposo del Raval. Luego, yendo hacia casa, recibí una llamada, para asistir a un bar de música supuestamente independiente y tomar unos copazos. El bar era el Manchester, pero no el que cuelga de la calle Joaquín Costa. El otro. Una mierda, vamos, en la que me gustó mucho sentirme tan desplazado y tan poco atontado en comparación a los modernos con camisas a cuadros milimétricamentre estudiados y gigantescas gafas de pasta que ornamentaban el local. Intenté adosarme a la fiesta tomándome 3 lingotazos en menos de 1 hora, de los cuales creo que con suerte llegué a zumbarme apenas uno y medio. Y encima ligo menos que los jodidos gases nobles, esto de salir ha perdido sus alicientes. Bueno, es que no pongo puto interés, así que mal vamos también en en el asunto. ¿Qué le haremos? Nada, joderme con una sonrisa de oreja a oreja.

Por cierto, la música del Manchester de imitación apestaba a kilómetros de distancia, más o menos lo mismo que la dj, que estaba sudando tanto que sus sobacos parecían aspersores rociando la ridipista debaile a toda presión.

Más: por si fuera poco vuelvo a casa de mis padres dentro de una semana hasta que encuentre alguna oportunidad. Al final veo claro que tendré que seguir compartiendo piso, a menos que me den el ... bueno, ese tema de momento no voy a gafarlo.
Paciencia. Con todo, paciencia, llevo un año muy acertado, en realidad, y aunque advierto ciertos visos de desmoronamiento en realidad todo depende de mí, estos meses tradicionalmente no suelen ser nunca los mejores, y al menos una puta cosa ha sido fantástica, por allá el mes de abril. Así que menos quejarse.

Con la años que me pasé siendo virgen, no vendrá ya de algún mes que otro.

Siempre he sido un precursor de breves y meritorias sentencias breves entre párrafo y párrafo. Y también un fan de los cómics,y un seguidor de las películas de súperhéroes, por lo que este fin de semana he visto 2 de ellas, dos, una digna y otra fabulosa. La digna no nos importa a nadie, así que abordemos directamente Kick Ass, que no creo que sea justo empezar diciendo que se basa en el cómic de Mark Millar, sino más bien que éste último más bien escribió el cómic y asesoró en paralelo en el rodaje de la película, con la que me quedo, puestos a elegir. Fascinante es poco para definir el personaje de Hit Girl, una niña de 11 años de futuro halagüeño y un presente brutalmente sangriento, que participa en una de esas escenas tipo pasarela en las que medida que vas avanzando metros le vas rajando el cuello a uno o cortándole las piernas de cuajo a otro. En definitiva, altamente recomendable y por encima de cualquier película que yo haya visto estrenada durante el pasado 2009 y lo que llevábamos de 2010. En 2008 se estrenó El Caballero Oscuro.

La lucecita roja que informa del standby de la tele me relaja, ha oscurecido y ya apenas me quedan ganas para repasarme este texto o meterme en la cocina a cocinarme nada. Ya no es necesaria ropa para dormir, el calor arrecia, y de hecho, el olor a verano comienza a recordarme que tengo que volver al gimnasio. Pero qué pereza que me entra, rivaliza con las ganas de lucir tipín. En invierno todo es diferente, la vida se me suele dar bastante mejor, como se desprende de la tonadilla de The Dodos, me fortalezco, no sé, mierdas de esas. En primavera llegan las alergias y los ácaros.

Y también has llegado tú, puta.

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