miércoles, 8 de septiembre de 2010

The Last Words

Podría escribir acerca del trabajo, del fracaso, de mi bonificación, del grupo, de nuestros primeros ensayo y concierto y de cómo pretendo superar el miedo escénico.
Podría escribir acerca del gimnasio, de las madrugadas, del sacrificio, del peso perdido, de las vacaciones,de la ilusión que despierta el último tercio del año, de las ganas de comenzar el siguiente.
Cabría la posibilidad de escribir acerca de L.S., de su cáncer y de su estabilización, de los Grandes Éxitos de los 90, de lo que necesito zanjar.
De mi presupuesto, de mis fórmulas, del dichoso excel.
De tantas cosas como tengo alrededor.
De lo bien que me va todo.
O de lo mal.

O quizás de lo muy poco que me importa.
Quiero decir, no me apetece seguir escribiendo de lo mismo, aunque motivos no me falten.
Estas son las últimas palabras que dejo aquí hasta que lo consiga.
Las siguientes palabras que escriba hablarán de Lluïsa.

martes, 31 de agosto de 2010

Not Even Jail

La diferencia entre el domingo y hoy es más que notable, ya ayer empezó a quedar muy atrás la resaca. Ya no salimos cada fin de semana hasta altas horas, y el cuerpo se resiente más, la memoria se diluye. La edad, los años, las intenciones, maduran sobre nuestras espaldas. La prisa que me acuciaba y que me exigía crecer a mayor velocidad ahora se ha convertido en un intento continuo de pausa, en un deseo controlado de detener lo irrefrenable. Aquí al lado, sin tener que ir más lejos, tengo a mi disposición la imagen de G.B., persona de mi equipo, totalmente dejada y sin ambición o aspiración de ningún tipo, enseñándonos fotos de las cogorzas que se gastaba cuando era joven en apariencia y de las que aún presume, subiendo fotos a facebook de su última pedicura expuesta en la playa, difícilmente diferenciable entre las lorzas de sus inmensos tobillos y unas piernas repletas de cachibaches. No critico sus piernas, sino su exposición, que me da todo el derecho. A su lado se sienta C.V., que viene dejando en ridículo cualquier intento de G.B. de parecerse a quien dice que fue pero a quien en realidad nunca se acercó ni a mil km de distancia. Cualquier tiempo pasado fue mejor, y si no, te lo inventas. C.V. es lo opuesto, es alguien que llena una estancia con una sonrisa y tres palabras, sin embargo aún no le ha llegado la oportunidad el ascenso. Espero ser yo quien se la dé, siempre y cuando aprenda a sentirse cómoda cuando tenga que dar explicaciones a más de una persona de superior categoría, algo que de momento se ha visto castigado con avisos de ataque de ansiedad. Miedo escénico.

Miedo escénico el mío, que me enfrento en menos de un mes al hecho de subirme a un escenario y tocar el bajo. Porque tocarlo lo tocaré, pero me hace sentir muy incómodo y me retrotrae a la primera vez que me examiné de conducir, al primer comité en el que intervine, a cualquier primer momento. No me gusta llamar la atención, no me gusta nada, por más que este verano me atreviera a combinar cuadros con rayas en el vestir. Luego esta sensación pasará, y a disfrutar.

Miedo escénico, supongo que con un par de güisquis se hará más llevadero. Soy el bajista, el miembro más inadvertido de cualquier grupo que no se llame The Cure o, hasta hace bien poco, Interpol. Hay quien también menciona por ahí a Jethro Tull. Allá vamos.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Tontos

Hola damas y caballeros, buenas tardes, perdonen las molestias; sé que es una vergüenza que les esté pidiendo dinero, pero más vergüenza sería robárselo. Hace poco tiempo tuve un infarto muy grande y blablabla (…) medicamento (…) en la calle hace frío (…) blablabla (…) unos céntimos a ustedes no les suponen nada y a mí me permiten pagarme una cama una noche (…) pasen un buen día.

Una vez acabado el discurso más mecánico de la historia vagabunda, pasea entre los viajeros del vagón del metro en el que me encuentro, recibiendo no pocas limosnas, con su nariz roja y la peste a vino atestiguando las monedas a las que echa un vistazo antes de que caigan en la taza. Grita un descomunal “gracias”, para enfatizar que está recibiendo el fruto de su ensayo, insinuando que tú no puedes ser menos. Llámame cruel, pero yo no me creo nada, y lo que realmente deseo es pedirle el certificado médico que sostiene en su mano izquierda para echarle un vistazo con más detenimiento. Me retraigo. Cuando termina de auscultar los bolsillos de cada viajero cambia de vagón, pero no con el antiguo ritual de bajarse de uno para correr hasta el siguiente. Hoy día los vagones están cómodamente interconectados. Al verle cambiar de uno a otro plácidamente me percato de que la vida se ha vuelto mucho más fácil para todos, incluso para los falsos pedigüeños.



Después me doy cuenta de que ya hace tiempo que perdí el romanticismo vital y me muestro escéptico ante cualquier situación, y es más que probable que busque cualquier excusa para dar la espalda a aquello que no me incumbe. ¿Y qué hago ante esta situación? Evidentemente, darle la espalda. Tampoco gané nada en los tiempos más comprometidos, menos que nada. Se desprendería de un análisis potencial que el balance es negativo siempre. A lo más que llego es a donar 3 euros al mes, que supongo que caerán en saco roto o peor, en algún bolsillo astuto, y me da igual. Con esto mi conciencia social ya está dormida y descansa bien tranquila. De hecho tengo serias dudas acerca de la existencia de mi conciencia social, haber estado recluido tanto tiempo en empresas en las que los únicos y auténticos términos de relevancia son beneficio, margen e ingreso ha propiciado que caduque cualquier atisbo de solidaridad.

Eh, y no me parece nada mal, no pienses que hablo desde el más mínimo arrepentimiento; y además, si me lo echas en cara simplemente te daré la espalda, plié, plié y giro.

lunes, 23 de agosto de 2010

Patience

Para los que traficamos con recuerdos los buenos tiempos no suelen ser demasiado fructíferos, no hay nada en lo que profundizar, nada carcome, apenas hay algo que pueda tener la más mínima connotación poética. No hay nostalgia, la hipérbole es innecesaria. Sin embargo hoy he escrito algo, algo que no compartiré y que necesito desarrollar, impropio de los buenos tiempos. Tan impropio que ni tan siquiera me ha dolido lo más mínimo, ha sido fruto de mi escasísima ocurrencia, debe haber aparecido al rebanar algún recoveco de mi subconsciente, aunque por supuesto no recuerdo haber hecho tal cosa. Esto es muy ambiguo, domino el arte de escribir mucho que significa nada.

Apenas son 4 versos escritos para una canción, que se mantienen por sí solos.

Así, una de mis canciones preferidas, Patience, de Micah P. Hinson, se reduce a 4 únicos y perfectos versos, una única estrofa en una canción que no deja de ser un estribillo que se reinventa a cada compás.



I'm running out of patience to be fucking with this now
you better believe me when I say this now
I'm packing up my nightmares and I'll be on my way
you better find me some time when you have more to say

Por si fuera poco, siempre me recuerda a alguien que fue exactamente igual que esta canción. Una chica, cómo no. Y no es en absoluto por lo que transmite, sino por la intensidad y levedad con que la escupe. Y porque a estas alturas hasta una expectoración me recuerda a una chica, qué le vamos a hacer. Ahora, podemos afirmar sin miedo a decir ninguna imbecilidad que con la rima Hinson no puso las neuronas a bailar. Con lo demás sí, no me cabe duda. Como en los buenos tiempos.

jueves, 19 de agosto de 2010

I'm hapy because I'm stupid

Las vacaciones quedaron atrás, vivir solo quedó atrás, se podría llegar a afirmar que el sol también quedó atrás, sin aplausos que lo vitoreen al ponerse. Cada mañana a las 6:27 suena la plataforma para ipod / despertador de 60 cm que me agencié a través de la empresa. Suena en casa de mis padres, con los que he vuelto a vivir, no lo olvidemos. Es un antecedente meritorio a tener en cuenta cuando se alcance la conclusión de este texto. Llego a coger el tren de las 7:26 con ciertos apuros.

Houellebecq ha sido el primer autor postvacacional que he leído, Ampliación del campo de batalla, entre viaje y viaje en tren. Qué deprimente, retorcido y brillante a la vez. Es algo bastante común en todo aquello de origen francés que emprendo. No leeré más libros de este hombre, no debe ser nada bueno engancharse a su lectura.

He vuelto a la rutina, de nuevo, si bien he construido algunas nuevas. He diseñado un plan de ahorro. He trazado una línea a seguir hasta el mes de diciembre, considerando los gastos al alza y los ingresos a la baja. Me siento perfectamente estructurado. Y feliz.



Soy feliz porque soy un cretino. Un cretino bastante emo y un tanto empresa.

lunes, 26 de julio de 2010

Horchata de chufa no, no

Por todos es sabido, España ha ganado el mundial de fúngol. Una proeza que apenas hemos tardado unos 70 años en realizar. A todo esto yo he permanecido callado, dado el estúpido riesgo de gafarlo que corría este acontecimiento si a mí se me ocurría escribir una sola palabra. Ah, Paulina Rubio, cuánto daño has hecho con tus canciones, y mira, ahora la puta de Shakira se ha llevado todo el mérito con una canción: el wakawaka.
Y es que estamos en verano y las canciones del verano ofrecen sus letras más cachondas y eróticofestivas; mientras tanto, yo hoy oficialmente he dado el pistoletazo de salida a las vacaciones. Parcialmente austeras, con cielos despejados y King Africa gritando una oda al líquido seminal que desprenden nuestras fajardas, horchata de chufa. No me lo invento, no, lee:
Con mi novia fui a la playa
y en la arena me enterró.
Y luego vino un cangrejo,
y cuando se me acercó...
-
Horchata de Chufa sí, sí,
Horchata de Chufa no,no,
-
Vino un cangrejo y en la chufa me picó.
-
Horchata de Chufa sí, sí,
Horchata de Chufa no,no,
-
Vino un cangrejo y en la chufa me picó.
-
Y en la cama con mi novia,
hacía mucho calor,
y estábamos en Valencia...
-
¿Y saben lo que pasó?
-
Horchata de Chufa sí, sí,
Horchata de Chufa no,no,
-
Una horchata de chufa fresquita se bebió.


Lo que más me reconcome de esto no es ver a un pseudonegro rapero de 350 kilos haciendo el subnormal, al fin y al cabo él va donde le dicen por un par de entrecottes y una tonelada de profiteroles. Lo que me abruma es haber visto al mequetrefe de Pablo Motos bailándola con Trancas (el nombre le va que ni pintado) y Barrancas a los coros. No, si lo entiendo, una genialidad como el sonadísimo éxito “Vete a dormir” sólo cabía ser reemplazada por otra de similar jaez y parangón. Que sí, que la animadversión que me crea Pablo Motos y todo su equipo es sólo pareja a la que de púber me provocaba Mané, el berzotas de tupé prominente que acompañaba a Emilio Aragón. Todos los imbéciles tienen suerte.
Y dado que no quiero caer en la redacción de un texto un tanto empresa por hoy lo voy a dejar aquí, me voy a ir a la pisTina a tomar el sol por primera vez este verano, dejando de regalo una canción que con muchas más pretensiones también he llegado a odiar.


Y sí, lo primero que he bebido esta mañana ha sido una horchata de chufa bien fresquita, y es que este verano lo vamos a chufar.

domingo, 30 de mayo de 2010

El Regalo de Bodas

Ayer me sobrevino de nuevo todo lo que debía retomar, que desemboca en una sola consecuencia. Los Grandes Éxitos de los 90. No es más que el último y único proyecto literario que tengo en mente, dedicado a los amantes del fracaso y a los fans del error en sí. Suena un tanto pretencioso, pero nada más alejado de la realidad. Yo sólo quiero terminarlo y, ayer, en la mesa número 2 de la boda,la que flanqueaba a la derecha la mesa nupcial, me desdibujaba yo dando buena cuenta del güisqui, enmarcado en un retrato cargado de inciertas dosis de surrealismo.
Instante antes, durante la misa:
-Hijos míos, ¿os sentís felices en este momento? -preguntó el cura. Miró fijamente a los novios, que respondieron firmemente.
-Sí.
-Pues Dios lo está mucho más. -Os jodéis, le faltó decir.
Es lo que tienen las bodas católicas apostólicas vallesanas, que el que mola es Jesucristo y Dios te salve María, que llena eres de Gracia. Yo creía -a modo de creyente- hace algunos años que el respeto a la Iglesia debía ser algo a mantener mientras tuviera que asistir a ceremonias de similar índole, por cuestión de respeto y etcétera, sin embargo al verme sostener las carcajadas en la palma de mi mano bien aferrada a la boca bajo una desagradable imagen de la crucifixión, de lo más sangriento que yo recuerdo, así, visto en vivo, me hizo replantearme este hecho y que, si nadie dice lo contrario, lo importante es divertirse, allá donde vayas.

Luego los aperitivos, desde jamón ibérico a Sashimi, pasando por las croquetas y los calamares. Así de buenas, bien para empezar, luego en las mesas vinos, crepes centelleantes, solomillos mesetarios y salsas al Oporto. Cava y brindis, el güisqui del primer párrafo, brindis, tarta y más brindis; las mujeres destrozaban sus lacrimales cada vez que aquel viejo recitaba sus poesías, habiendo sido capaz, en público y sin vergüenza alguna, de rimar la palabra ilusión consigo misma, en sendos versos consecutivos. Puto plasta. La senectud de hoy en día no respeta a sus jóvenes. Tengo 32 años y no sé de qué lado estoy, el caso es que ahí todo eran parejas bien parecidas que un momento u otro aprovechaban para filetearse y escarbar bajo las faldas, y entrometerse en los bolsillos de los pantalones. Pantalones de pinza y bambas azules, por otra parte, con dos cojones y viva la modernidad.

Y yo a un lado, apareciendo únicamente en los casos que más me requirieron, es decir:
-En la barra para servirme los cubatas.
-Formando un pogo cuando todo el mundo se disponía a iniciar la coreografía de Coyote Dax en la canción Sopa de Caracol, o algo así.
-Meterme en todas las fotos haciendo el gilipollas con el único objetivo de torpedear la labor de los fotógrafos varios / cámara, sin que ello me supusiera esfuerzo alguno.

Así que regresé a casa orgulloso, con la sensación de que bastantes temas se iniciaban en el recorrido de vuelta, encerrado en el autocar con el viejo plasta, que dejó a un lado los poemas para empezar a contar chistes manidos, largos y por todos sabidos y saetas en primavera y un par de intentos de bajar en marcha del autocar.



Me despido de esta página y me paso a otra, a retomar el quinto capítulo, de 20, dejando mi regalo de bodas a los Novios, un regalo que no leerá nadie de los que ayer asistieron al evento narrado salvo un servidor, por lo que textos más inútiles que este habré escrito pocos. A mí la verdad, me dejó bastante satisfecho, aunque nada en comparación con lo que siente Dios ahora mismo (pedorreta).

jueves, 20 de mayo de 2010

Kick Ass

Llevaba 2 días dejando de lado la lectura de Galápagos, y finalmente en el trayecto de vuelta de Sant Cugat lo he comenzado. Qué poco va a durar, me da a mí. Y más teniendo en cuenta que esta tarde recibí un mensaje que no me hizo demasiado gracia -más bien ninguna-, y que me obliga a plantearme una rendición en el principal frente. Atacar conlleva una posible derrota, pero no la esperaba tan pronta. ¿Qué le vamos a hacer? Enfrentarse significa exponerse, y exponerse acarrea un rieso. Los coches tienen cuatro ruedas y las casas puertas, puestos a escupir obviedades de mierda. No estoy cabreado, simplemente llevo unos cuantos días desplegando un estilo más bien directo.
Como muestra un botón, si pudiera acaso explicar lo que fui a hacer ayer por la tarde y que tan (--)
Dale al Play:

Tan y una mierda.
Desde que escribí el párrafo anterior han transcurrido 2 días, lo dejé en ese punto, no sabía realmente qué era lo que estaba queriendo escribir, o más bien simplemente me percaté de que no me llevaba a ningún sitio. ¿Y qué? El fin de semana ha sido algo deprimente, pese al buen inicio del viernes, disfrutando de cena japonesa y un Manhattan en un bar pomposo del Raval. Luego, yendo hacia casa, recibí una llamada, para asistir a un bar de música supuestamente independiente y tomar unos copazos. El bar era el Manchester, pero no el que cuelga de la calle Joaquín Costa. El otro. Una mierda, vamos, en la que me gustó mucho sentirme tan desplazado y tan poco atontado en comparación a los modernos con camisas a cuadros milimétricamentre estudiados y gigantescas gafas de pasta que ornamentaban el local. Intenté adosarme a la fiesta tomándome 3 lingotazos en menos de 1 hora, de los cuales creo que con suerte llegué a zumbarme apenas uno y medio. Y encima ligo menos que los jodidos gases nobles, esto de salir ha perdido sus alicientes. Bueno, es que no pongo puto interés, así que mal vamos también en en el asunto. ¿Qué le haremos? Nada, joderme con una sonrisa de oreja a oreja.

Por cierto, la música del Manchester de imitación apestaba a kilómetros de distancia, más o menos lo mismo que la dj, que estaba sudando tanto que sus sobacos parecían aspersores rociando la ridipista debaile a toda presión.

Más: por si fuera poco vuelvo a casa de mis padres dentro de una semana hasta que encuentre alguna oportunidad. Al final veo claro que tendré que seguir compartiendo piso, a menos que me den el ... bueno, ese tema de momento no voy a gafarlo.
Paciencia. Con todo, paciencia, llevo un año muy acertado, en realidad, y aunque advierto ciertos visos de desmoronamiento en realidad todo depende de mí, estos meses tradicionalmente no suelen ser nunca los mejores, y al menos una puta cosa ha sido fantástica, por allá el mes de abril. Así que menos quejarse.

Con la años que me pasé siendo virgen, no vendrá ya de algún mes que otro.

Siempre he sido un precursor de breves y meritorias sentencias breves entre párrafo y párrafo. Y también un fan de los cómics,y un seguidor de las películas de súperhéroes, por lo que este fin de semana he visto 2 de ellas, dos, una digna y otra fabulosa. La digna no nos importa a nadie, así que abordemos directamente Kick Ass, que no creo que sea justo empezar diciendo que se basa en el cómic de Mark Millar, sino más bien que éste último más bien escribió el cómic y asesoró en paralelo en el rodaje de la película, con la que me quedo, puestos a elegir. Fascinante es poco para definir el personaje de Hit Girl, una niña de 11 años de futuro halagüeño y un presente brutalmente sangriento, que participa en una de esas escenas tipo pasarela en las que medida que vas avanzando metros le vas rajando el cuello a uno o cortándole las piernas de cuajo a otro. En definitiva, altamente recomendable y por encima de cualquier película que yo haya visto estrenada durante el pasado 2009 y lo que llevábamos de 2010. En 2008 se estrenó El Caballero Oscuro.

La lucecita roja que informa del standby de la tele me relaja, ha oscurecido y ya apenas me quedan ganas para repasarme este texto o meterme en la cocina a cocinarme nada. Ya no es necesaria ropa para dormir, el calor arrecia, y de hecho, el olor a verano comienza a recordarme que tengo que volver al gimnasio. Pero qué pereza que me entra, rivaliza con las ganas de lucir tipín. En invierno todo es diferente, la vida se me suele dar bastante mejor, como se desprende de la tonadilla de The Dodos, me fortalezco, no sé, mierdas de esas. En primavera llegan las alergias y los ácaros.

Y también has llegado tú, puta.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Those to come

Casi me llevo el dedo entero, al cortarme la uña del índice de mi mano derecha. Estoy torpe, es un mal día, toca decidir los aumentos de sueldo de la gente de mi departamento y primero los entregas, luego te exigen que los rebajes, lo haces y te piden una última rebaja.
-Vas a tener que prescindir de otra persona.
-He prescindido de bastantes.
-Es lo que pasa cuando tienes un batallón -me ha dicho-. Siempre hay bajas en la batalla.
Tu-puta-madre, he pensado. "Yo no lo haré", he pronunciado. No es mala correlación. El caso es que me han llegado a insinuar que si no le subo el sueldo a los míos su porcentaje me lo quedaba yo, pero claro, que maniobrando de modo opuesto el resultado es idénticamente contrario, yo me quedo sin margen. Me lo suelo pasar bien en el trabajo, pero el verbo soler no implica una completa constancia, y en estos tiempos se justifica su uso. En el mundo hay gente que mola, gente que no, y gente que los despide indistintamente. Con lo bien que iba este año, y no me apetece ni hablar del ensayo que me he saltado hoy con el GdP, ni de la afonía que arrastro de mi fiesta de cumpleaños (alcé mi copa demasiadas veces) ni de pollas, esto no es más que una mierda de situación y no sé si podría haberse evitado hace tiempo, sin embargo sé que ya estoy en la rueda y bajarse en marcha significa quedar como un andrajo bajo ella. No quiero despedir a nadie más, me tiemblan las piernas, dejo a una persona jodida, me quedo chafado, siempre consciente de que el grado de jodienda que yo he provocado es mucho mayor. Para más INRI debemos competir entre los adláteres para conseguir el mayor aumento posible, y aquél que tenga mi mismo cargo que sí pase por el aro se llevará mi parte del pastel, que bien necesito.

Todo esto no consigue más que provocar que se me lleven los demonios, que escupa improperios y que tenga un carácter asquerosamente irascible, pero qué le voy a hacer, si además a cada taco que suelto es como si dejará un lastre.


En fin, esto no es más que una pataleta puntual, el año no me está decepcionando, lo vaticinaba como uno de los peores, si cabe, y para nada; sabíamos que esto iba a llegar, como otras cosas que tampoco han resultado ser muy agradables, ya tengo ganas de ver lo que está al caer. Al menos he tenido la decencia de escuchar el Chutes to Narrow de The Shins, leer por fin Ubik y la Conjura de los Necios, para acabar quedándome boquiabierto, olvidar lo que todavía no ha sucedido, y sencillamente no esperar nada, ni bueno ni malo.

domingo, 18 de abril de 2010

The Host of Seraphim

Nota punitiva del fin de semana: No picar entre horas - No picar entre horas. Yo me planteo demasiadas cosas los domingos, y dado los elevadísimos niveles soporíferos que el día de hoy ha alcanzado, he terminado el día enviando los mensajes que no debía, pues la llamada siempre es mejor que estos intentos teenager de llamar la atención, sazonados con algo de cobardía, pues la llamada -valga la rebuznancia- y la confrontación directa siempre son la mejor solución. Pero a la mierda, los problemas de faldas es lo que tienen. Aún así creo que la expresión problemas de faldas es bastante homo utilizada por un hombre, y no viceversa como se podría llegar a entender. Las únicas faldas que me preocupan son las ajenas, especialmente las que deseo hacer desaparecer, I guess. Y a la mierda especialmente en este caso, pues la destinataria de los s-m-s en cuestión los responde con cierta gracia. Y ayer, sábado, se torció, pese a que los planes sustitutivos fueron exactamente los necesarios para la ocasión, no dejo de pensar que es un poco así como una mierda -otra vez- ser tan permisivo largando esas respuestas condescendientes a lo "si saliste ayer y hoy tienes resaca mejor que te quedes en cama cuidándote". Nadie ha muerto de resaca, y además, yo-no-salí prácticamente el viernes. Bueno sí, fuimos al Minusa, y estando allí uno se daba cuenta de que lo mejor ya había pasado, y que si te gusta la carne no vayas a un vegetariano. Para mí el Minusa ahora mismo es eso, el restaurante vegetariano de la música. Sólo lo salvó la compañía y la oscilación de las curvas de la camarera, sabedora en exceso de la bondad de su porte. Y desde luego no es para tanto, tenemos unos años y ya hemos toreado en todas las plazas, aunque no siempre nos hayan llamado para repetir la corrida. Olé.
Entonces esto de hoy es como sacar la rabia, cierto enfado y pereza ante lo venidero; no me apetece llevar mi cama durante 6 calles, subiendo y bajando escaleras, los libros, las películas, las series, los montones de basura que quedan en casa. Y después peor, lo de estar unos meses a la espera tampoco me agrada demasiado, sin saber si me voy a presionar mucho, si me voy a preocupar, en fin, sin saber nada de nada. Espero encontrar algo acogedor, un rinconcillo que me proporcione un espacio en el que meter mi cama-armatoste, una ducha a la que recurrir, una cocina y un salón pequeñito en el que aplastarme en su sofá para hacerme un ovillo y no hacer nada más. A mí me gusta bastante encerrarme. Así me va, por otra parte. No me apetece nada, ni eso no otras cosas que estoy haciendo por no quebrantar el orden, el mío y el ajeno.

Mejor abstraerme y leer un libro tan positivo como Ubik; Runciter, Chik y los inerciales ya han aterrizado en la luna, y espero saber cómo concluye la historia el día del libro, Sant Jordi - 23 de abril, que es un poco comparable a mojar el churro por el cumpleaños.
Creo que no divagaba tanto desde al menos 3 días; aquél en cuestión no le di al botón de publicar entrada, éste, en cambio...

jueves, 15 de abril de 2010

Ask - El holocausto fue algo precioso.

No, no pretendo crear polémica, es que me río con tonterías, con lo fútil de la vida, como debe ser.

El niño con el pijama de rayas es un libro de mierda (se trata de mi baja opinión, por supuesto), pese a que según un sector la crítica es un libro perfecto debido a su sencillez, imaginación y ternura. Los cojones. Yo más bien creo que comercializar algo tan desgraciado con tan poco rigor es propio de la mente de un subnormal, y la mirada de John Boyne no indica que yo esté muy equivocado.

Cuando llego al trabajo me suelen preguntar cómo van los libros que me vengo leyendo en el tren, y si lo que les cuento les gusta se lo dejo a alguien. De momento sólo he dejado Nana, de Chuck Palahniuk, y no fue un éxito aquí. Tampoco es que a mí me pareciera el libro del año, pero supongo que lo que les conté les gustó, pues la idea de una nana que al ser cantada mata a todo aquél a quien le sea proyectada es interesante de primeras. Si no me creen, que analicen el éxito en taquilla de The Ring. Vuelvo al niño del pijama a rayas, leído en 4 trayectos. En qué momento se me ocurrió decir “puto niño desgraciao”, pues Mar lo había leído, y opinó:
-¿Cómo puedes ser así? Es un libro conmovedor – con estas palabras, juro.
-Sí, claro, y el holocausto fue algo precioso.

Lo último lo soltó César, venezolano callado, antichavista, que apenas si interrumpe jamás. Y yo mascullé una carcajada que aún estará retumbando en San Cucufato, y que no terminó de ser bien comprendida en el departamento. No me disculpé, sólo me excusé argumentando que “joder, ha sido un comentario súper gracioso”.


Y es que la gente no tiene ni sentido del humor ni gusto literario –no el mío. En fin, finalmente me he cogido Ubik (para el cual calculo que necesitaré unos 12 trayectos), de K. Dick, y que les den a todos. Que me pregunten, que me pregunten…

jueves, 8 de abril de 2010

Pox, Boy Soprano y Baby Captain

Hace unos años escribía sin hambre alguna, con una cerveza, un cigarrillo y ganas de cagarme en todo el mundo. Llegué a hacerlo. Ahora estoy sentado en la mesa del salón de la que todavía es mi casa, que dejaré cortésmente en menos de dos meses, tras haber echado el arroz al caldo, que hervía, con un trina delante. Ni tan siquiera el halo que me rodea se asemeja en algo a aquél, incluso he dejado de fumar recientemente, incluso me he transformado en alguien madrugador.
Y no me apetece cagarme en nadie, me da más bien lo mismo, a mí que me dejen en paz. Incluso ahora mismo estoy enviando un mensaje de la vía complicada, que seguramente no llegue, y en su derecho está. La vía fácil no me dejará hasta que se lo diga gritando, así que de momento me mantendré callado, no vaya a a ser que. La verdad, estoy ahora elaborando la lista de mi cumpleaños, y me sale que vienen Ana, Van, Ramón, Anita, Alberto, Alberto, Georgia, Juan, David, Willy, Fredy, Kike, Miriam, Mirko, Abigail, Toni, Rachel, Lam, Roger, Luis, Elvira y yo; así a bote pronto no pienso en mucha más gente, 19 está bien, si fallan 4 iremos a comer unas carnes. Si no, vietnamita un año más, o quizás el italiano de la plaza Tetuán. No lo sé. Luego me esperará una comida con mis amigos diurnos, aquellos de los que los anteriormente citados no han conocido nunca.

Acabo de borrar un par de párrafos, no me intereso lo suficiente. Más bien voy a proceder a acostarme, quizás viendo el último capítulo de Breaking Bad, seguro que habiendo rescatado tres temas de una banda muy malrollera, con unos vídeos igualmente malrolleros, que tanto me retrotraen a aquellos tiempos inicialmente nombrados. Aquí los dejo.







Este último no es desde luego oficial, pero sí que sintoniza con el atolondramiento mental que hay que destilar para que una banda como Xiu Xiu sea considerada por alguien como una puta locura, que no por ello dejaba de ser absolutamente maravillosa entonces. Bueno, y ahora un poco también. Y lo mismo me parece su último trabajo, éste.

lunes, 5 de abril de 2010

Good Lies



Las iniciales del vecino del ático del piso de mis padres responden a J.C., un señor ya en sus avanzados 60 que de tanto en cuanto sale en los periódicos flanqueando a sus clientes, a modo de acusador. Y se lleva un muy buen dinero, el tío cabrón, tanto que yo siempre me he preguntado cómo un hombre de ingresos tales no residía en alguna casa con verja y jardín y piscina y varios pisos y un lujoso etcétera. Me lo pregunto hasta que, cualquier noche, veo como desfila mujer, día sí día también, normalmente extranjera, generalmente reincidente, vestidas para la ocasión. Lo más estridente que he visto ha sido una mujer oriental vestida de Geisha esperando en el portal.

La hija de J.C. estudiaba conmigo en el colegio, me parecía más tonta que hecha por encargo, callada, tímida, de aspecto rubio y bobalicón, con el labio inferior casi arrastrándose por el suelo. Y su padre, el ser más putero que yo me haya podido imaginar.

Ayer volví a presenciar la estampa, él bajaba en el ascensor y yo también debía hacerlo. Desde luego no tenía dudas de qué sucedía, de qué le esperaba, el viejo con chandal y yo con ganas de esconderme, de no presenciar de nuevo como el hombre que aparece en los periódicos como el salvador de las causas perdidas se cepilla a otras no menos desencontradas, aunque de muy buen parecido, con frecuencia anodina. No me extraña que su hija, la buena de Q.C., se haga la anormal a la mínima oportunidad, seguramente ella sí merezca el calificativo que tantas veces me rechinó entre dientes de hija-de-puta, pese a que ella, por aquellos entonces, lo tuviera bastante más claro que yo.

***

Y sí, se terminó la Semana Santa, con un sabor agridulce y con el reloj presto a despertarme a las 6:36 de la mañana. Dada la rareza y la torpeza con la que se han desarrollado algunos acontecimientos, más bien me dan ganas de olvidar y de concentrarme en los días que vendrán y no en los que quedaron atrás, de ir a trabajar, volver a mi hora y disfrutar de una nueva tarde, ahora ya sí, soleada, y de tanto en cuando recordar las buenas mentiras que se suelen decir.

jueves, 1 de abril de 2010

1999

Hacer las maletas, empaquetar, meter recuerdos en cajas, pereza - a medias. Sin embargo no hay mal que por bien no venga, y supongo que así será, nada que no se pueda evitar, nada que no lo apacigüe una tarde cualquiera.
Pero este año es muy raro, todo me hace cierta ilusión, estoy así como entre bobalicón y lúcido. Bobalicón porque no me regodeo en nada, sólo en lo mejor, me mantengo sumido en ello. Lúcido porque estoy dispuesto a relativizar cualquier elemento distorsionador, de la manera que sea, para que mi índice de bravuconería no descienda lo más mínimo.

Todo va bien, me repito constantemente. Inmediatamente después me pregunto si es necesario objetivizar y observar la situación desde otra perspectiva. ¿Para qué? ¿Qué gano? Nada, o peor aún, algo que no me interesa lo más mínimo.

A pesar de todo tengo que ser críptico, debo, apenas si sería consecuente declarar mi estado habida cuenta de las circunstancias que me rodean. Una mierda, vamos, uno no escribe para ocultarse ni para hacerse el interesante. Lo del misterio ya está manido, y no me apetece ir luego y decir que todo era el fruto de alguna imaginación perturbada. Simplemente persigo observar ávidamente qué suelto por esta boquita, que es mía si nadie dice lo contrario.

No es una actitud muy adecuada para justificar una auténtica depresión, ésta. Me da igual, seguro que si me lo propongo me pongo muy triste. Seguro que si me lo propongo, claro. Mon dieu, me estoy aburriendo a mí mismo. Será porque hoy no he salido a la calle más que para ir de compras y algo más tarde para ir a buscar una administración de loterías a echar la quiniela. El caso es que no pruebo con el azar desde hace años, y quizá por eso la suerte ha elegido que la administración nº89 de Barcelona estuviera cerrada diez minutos, 10, antes de la hora. Hoy también he tenido que trabajar, aunque mucho menos que ayer; ya he metido el portátil en la maleta. Se terminó, ahora vienen 4 días de absoluto relax y de Shout Out Louds, que no termino de comprender por qué me gusta tanto, pese al evidente descenso de calidad que ha sufrido su música en el último disco. Relax, gimnasio y depresión, la combinación perfecta para 4 días en los que no tengo plan más definido que tocarme elegantemente los huevos a dos manos.



O lo que surja.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Love Will Tear Us Apart

Vuelvo, y curado de todos mis males, físicos y existenciales.
Físicos, pues primero tuve anginas, y luego los antibióticos que me recetó la doctora del servicio médico de la empresa me provocaron una gastroenteritis de cagarse, claro. Seguramente la doctora Muerte estudió en la Universidad de Vic. Resultado: 4 kilos menos, y es que una enfermedad mal diagnosticada es mejor que cualquier dieta o conato de bulimia.
Existenciales: bueno, lo de que se fuera mi hermano no me provocó una inmensa alegría, pero ya me he acostumbrado a mi piso, y la verdad es que cada día queda ordenado e impoluto.

Ahora, lo demás, y al margen de toda duda mis amigos no son en absoluto megararos ni yo me acerco a ellos para parecer normal. Este mes se me está dando bastante bien en varios sentidos, me muevo cual libélula entre las problemáticas diarias, ágil como una Komanecci, grácil cual negrata bailando claqué. Y todos los días me levanto a las 6:36 de la mañana, porque siempre me gusta levantarme a horas compuestas por múltiplos de 3 y, a ser posible, capicúas. Esto son manías que me duran algunos años, igual que cuando me obcecaba en dejar las cosas importantes para los días pares.

Hoy, me ha apetecido mentir de buena mañana, y ayer tuve la suerte de conseguir 20 euros por el morro, que dados los tiempos que corren, constituyen una pequeña fortuna. Una pequeña fortuna o un gran solomillo, depende del objeto de la inversión. Pero, como he dicho, me apetecía mentir. Así que he llegado al trabajo y le he dicho a Cris que me había encontrado un billete en el suelo, que era mi día de suerte, que los astros estaban alineados a mi favor. Así que hemos empezado a hablar, y bueno, nada. Luego le he tirado un paquete de cleenex a otro para que no se despistara. En fin, soy un experto en técnicas de motivación y estímulo de la concentración.


Hoy saldré a las putas 6 de la tarde, me iré a casa y me pondré a aporrear el bajo. Cada día mejor, cada día hago unos cuantos ejercicios que me permitan ser más ágil, toco algo utilizando sólo el dedo meñique y ensayo el Love will tear us apart de Joy Division. Luego veré el fúngorl, y veremos si se tercia o no compañía. No sé. Lo que sí que sé es que todo cuanto hago últimamente lo hago dirigido a mi beneficio y el de lo que me rodea, lo mismo que cuando actualicé mi estado de Facebook insinuando que quería olvidar un par de cosas. Nanay, sólo una estrategia con el resultado deseado.

lunes, 1 de marzo de 2010

Crying in the Rain

Llego a mi casa y lo primero que hago es llevar la tele de mi cuarto al salón, que ahora ya tengo. Luego muevo el sofá hasta allí.
Termino, conecto y me voy a desvestir a mi cuarto. Me pongo el pijama, sólo porque tengo algo de frío. Y un poco todo este nuevo vacío me envuelve, porque se ha vaciado esto un huevo, en sólo un día. Todo el silencio me revienta los tímpanos, como si alguna vez yo hubiera sido un ruidoadicto, y más bien es al contrario. Pero claro, por la puerta hoy ya no va a entrar nadie (salvo desagradable sorpresa), y todo esto se me antoja raro. No había pensado en absoluto en cómo me iba a sentir, convencido de que nada iba a cambiar.
Y una mierda.
Estoy llorando como una puta magdalena.

Hasta distingo como mis mofletes se vienen abajo arrastrados por los pucheros que se estiran desde las comisuras de mis labios. Todo esto no es por quedarme solo, esa parte no es la mala. Imagínate.
En realidad no hay parte mala en todo esto, el propósito es que nos zampemos un buen plato de perdices en Zurich cada x tiempo, cuando x tiende a 0. Es decir, más pronto que tarde.
Pero no lloro por eso.
Estoy llorando porque se me ha metido algo en el ojo.
No estoy llorando, son sólo algunas gotas de lluvia deslizándose por mis carrillos.

Y bueno, ahora es cuando digo que tengo 32 años, que no lloraba desde que vi Up hace unos meses y que no recuerdo la vez anterior. Que esto no es un hecho corriente y que mañana no me acordaré de nada, que saldrá el sol y los putos pájaros cantarán al amanecer. Sí, cantarán algo de Joy Division. Sí, o una de los Chunguitos, que para el caso da lo mismo.

viernes, 26 de febrero de 2010

Sin música

Bueno, a ver.
Esto no sé cómo explicarlo.
Lo voy a intentar.
En 2004 fui despedido por el entonces presidente de DP y fundador de Jazztel, en riguroso directo; alguien a quien yo consideré la peor persona que yo he conocido en mi vida, a quien yo más he odiado a leguas de distancia del perseguidor. Lo denuncié: gané. Pero tenía cierto miedo de él.
Siempre se mostraba sonriente, galante, superior, el gordo de los cojones. La primera vez que me hablaron de él me preguntaron si me sonaba su nombre. Dije que no. Quién me lo preguntó –con fingida admiración- era la directora de Comunicación, en la última entrevista de una de las múltiples empresas que ha fundado Mark Campbell, con el objetivo de sacarle todo el beneficio posible en los primeros 3 - 4 años para luego vender la mayoría del accionariado por encima de su valor, a base de artimañas legales.
Hoy he leído en el periódico que Mark Campbell acuchilló a la directora de Comunicación el pasado mes de octubre.
Es todo lo que me apetecía escribir.
Y una cosa más.
Ahí te pudras, hijo de la gran puta.

martes, 23 de febrero de 2010

Grupo dePresión, Orígenes

No basta con sonar escandalosamente bien. Si con eso fuera suficiente estos niños pijos yanquis de Princeton estarían retozando entre el barro con tres modelos neumáticas. Ahora mismo, por temprano que sea.



La primera reunión de Grupo Depresión tuvo lugar el día 13 de febrero de 2010, y en ella debatimos si nos disolvíamos ya o esperábamos a componer algo. La primera crisis se motivó por la retirada del Capitán Minifalda, el hombre detrás de los teclados, el hombre que debía guiarnos con su saboir faire, un músico experimentado. Nos sobrepusimos esa misma tarde, y Casimiro llamó a uno de los integrantes de The Raros, al que canta menos. Ante la propuesta, el Raro, que también es mi primo, soltó:
- Lo del Anónimo con el bajo no lo veo.
Eh tío, no importa, yo tampoco veía a The Raros triunfando ante las masas, y no me equivoqué. Espero que tú sí (hablo desde la rabia, yo siempre confié en The Raros).
Nuestra estrategia de fichajes se veía algo afectada por los últimos proyectos fundados por Casimiro y Amanda, a mi buen criterio, de enorme creatividad y calidad. Todo comenzó con Amanita y los Faloides, que alcanzaron la apoteosis con su megahit (más de 65.000 reproducciones en youtube, eso dicen que significa algo)“Teruel no existe”, interpretado en directo en la misma localidad, puedes verlo aquí. Mentiría si dijese que no llegué a temer por nuestra integridad física. Mentiría si dijese que aquélla no fue una de las escapadas más divertidas de los últimos años. Idem si dijera que he salido mucho. A este proyecto le siguió el no menos aclamado proyecto Modern Tolkien, basado en interpretar las historias medianas gays utilizando bases de los 80, deléitate clicando aquí.
Poco menos de una semana más tarde llegó el momento del ensayo en directo, en casa de Juan Depresión. Juan le da a todo, guitarra, percusión, bases varias, en fin, un genio de nuestra época. Así que llegó mi turno, yo que nunca había participado en ninguna de estas cosas, que nunca había aporreado las cuerdas ante más gente, y antes de que nadie marcara cómo tenía que ser la primera base me lancé a chapurrear algo, y de ahí salió la línea de bajo de Fumas como una Puta. La verdad es que Juan lo ponía bastante facilón marcando los segundos y el ritmo que tenía que seguir desde el Mac, pero todo esto me dio confianza y fue fundamental en el hecho de que me flipara con la segunda base, con Casimiro y Amanda cantando Puro Fuego, con JD (como Jedi) marcándome el ritmo. Luego me escuché y suena diferente, mucho que mejorar, pero la base es guay y yo lo hice mucho mejor de lo que todos, incluido yo, pensábamos. Dentro de dos semanas, dos, el segundo ensayo, y ahí estaré para bailarlo y narrarlo.

lunes, 22 de febrero de 2010

Panic

Las ventajas de ser un cíclope sentimental en los tiempos que corren son infinitas. Una sola perspectiva, la realidad de frente. En absoluto puede asemejarse a ser tuerto, para nada. Esos van cayéndose hacia los lados, inconscientes de la lateralidad, de cuanto acaece alrededor. Yo no atisbo dudas. La semana que viene me quedo solo, hasta que se decida que así debe seguir siendo. Lo único que me hace feliz del acontecimiento es que podré cenar sentado en una silla, que podré disfrutar de un comedor amplio, que invitaré a mucha gente a casa. Lo único no es poco, pero el caso es que me quedo solo porque mi hermano se embarca en la aventura de la neutralidad suiza. El muy capullo ha terminado erigiéndose como un ejemplo a seguir por el español de a pie (hace poco leí en las noticias que el español medio había muerto). Y se marcha sin haber hecho aquí todo lo que yo creo que es capaz de hacer, total, por no apetecerle. Pero esto sí, se larga a Suiza, un país neutral que, como él, no entró en guerra porque no debió apetecerle, porque mala hostia tenía y no poca. Y que no os vengan con monsergas porque esto es un hecho, lo demás son disfraces. Y quién sabe si después de los minaretes no nos prohiben también a nosotros, sucios españoles sin afeitar.
Vamos, que se va, y es bastante raro. El mayor en Suiza, el pequeño en Suecia, y yo haciéndome pajas con la idea de pirarme a Figueres. Ya llegará mi turno, ya.

Puesto que soy un cíclope sentimental hablo desde la objetividad que me otorga mi único ojo (en la cara y no en el culo), y tras este último extraño fin de semana saco alguna conclusión. Por partes:



1. Me fui a Razz solo sólo a hacerle una visita al Dj, porque estaba realmente animado. Conclusión: no estuvo nada mal, máxime cuando no gastas pasta, máxime cuando ocurren cosas. No lo volveré a hacer, lo de estar realmente animado.
2. Tuvo lugar el primer ensayo oficial de Grupo Depresión. Conclusión: joder, cómo molamos / me lío cuando tengo que cambiar el compás, o el tempo, o lo que sea. Lo volveré a hacer dentro de 2 semanas.
3. Que ayer escribí algo bonito para alguien. Conclusión: lo volveré a hacer otra vez el año que viene.
h. 3 conclusiones son suficientes para un único fin de semana.

Así que la semana que viene las cosas serán distintas, y podré espachurrarme en el sofá del salón tan tranquilo, sabedor de que mis dos hermanos están bien. Y eso también me tranquilizará aún más, así que, ¿quién sabe? Quizá de una vez por todas supero la mayor desventaja que supone ser un cíclope y es que a lo mejor, y sólo a lo mejor, esta vez acabo ganando.

domingo, 21 de febrero de 2010

Elephant Parade

Dije que algún día escribiría sobre ella, sobre cómo la vi en nuestro reencuentro, tras diez años desde la última vez que quedamos. Aquélla tuvo lugar en la segunda planta de una cafetería de las Ramblas, y llevaba un jersey gris nuevo. Ya se sabe que las chicas, cuando rompen con algo, lo que sea, se tienen que ir de compras. Me dijo que se haría lesbiana, que se había agobiado, que estaba cansada, que no estaba enamorada. Con un Quiero-cambiar-de-aires hubiera bastado, supongo. No sé, yo era muy impaciente, insistente, extenuante, casi, por aquellos entonces.

Después no sé que hice, ni dónde fui, ni nada. Me puse a buscar información para enrolarme en una ONG y largarme. No tardó demasiado en aparecer Miriam en mi vida. Otra M, otra psicóloga, pero a diferencia de la primera, una puta, ésta.

Siguiente estación: Silvia. También se quedó 2 años conmigo, a ella la dejé yo primero, y no fue por teléfono, esta vez. Volvimos porque a ella le apeteció. Al dejarlo no me metí precisamente en una ONG -ni ganas-, pero podríamos decir que me convertí en objeto de ser acogido por alguna, aunque no a modo de colaborador.

Lo que siguió a continuación no tiene interés, ahora. La cuestión es que se han sucedido los años y yo siento que no me parezco en nada a mí mismo, al Mí Mismo de hace diez años, quiero decir. No obstante, al volver a verte, regresé.

Enero de 2010. Un viernes, a las siete de la tarde en el Minusa. Llegué tarde. Llegué tarde porque me puse a vomitar 5 minutos antes de bajar. Nada de nervios, me viene ocurriendo hace algún tiempo. Por eso he dejado de fumar, básicamente. No sólo se trató de un gesto perezoso, aunque también. Estabas en la puerta, ojeando el móvil, esperando sin esperar, te vi desde el balcón de mi habitación.

La cuestión, la verdadera cuestión, era que, aunque se hayan sucedido los años y yo sienta que no me parezco en nada a mí mismo, al Mí Mismo de hace diez años, regresé. Porque tú también eras Tú Misma. Porque casi estás igual, físicamente, quiero decir. Entramos, nos sentamos, pedimos 2 cervezas, matando rápido lo poco que la situación tuviera de incómoda, a partir de ese momento, reír y reír. Todo el rato igual.
-Ahora pagaría por saber qué estás pensado en este momento -dijiste.

No te lo diré jamás.

No conviene.



No nos dijimos nada excesivamente importante, o quizá todo lo fue; porque nada de lo que nos dijésemos iba a serlo, o al contrario. Nada. Y todo. Fueron dos horas muy agradables, Mª José.

Desde el punto temporal fijado en el primer párrafo de hoy hasta este preciso instante han pasado diez años, sólo. Y en todos ellos únicamente he recordado un cumpleaños, en cada uno. Ni el de mi madre, ni el de mi padre. Mi ahijada aquí no entra, porque sólo tiene 3, y desde luego que no me olvido. Tendrías que verla. Perdón, me disperso. Tu cumpleaños es hoy, y te escribo para felicitarte. Felicitarte por haber llegado como lo has hecho a los 30, que aparentas 23. Por haber sido una persona consecuente, valiente, sincera. Por haber superado todos los obstáculos, que no han sido pocos. Porque sí. Porque el hecho de que hoy se cumplan 30 años desde que naciste no cimenta más que una mera excusa para escupirte este tostón a la cara. Porque pasarán otros diez años, tendremos churumbeles (seguro que sí), una hipoteca, más arrugas, y las mismas cuerdas que nos atan. De eso los elefantes saben un buen rato. Las de los buenos recuerdos, también las de un jersey gris en la segunda planta de una cafetería de las Ramblas.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mi jornada laboral de hoy


Esta foto la he encontrado sobre mi mesa esta mañana; ¿quién ha realizado tan majestuoso montaje? Mi equipo. Más concretamente la que yo consideraba la pelota del equipo, pero en nombre de todos. Esta foto; ésta. Yo a esto sólo le he aplicado la etiqueta ocular, con tal de prevenir mi anonimato.

A mí, la verdad, me ha encantado, de veras, quizás por los tonos blanco y negros tan cercano al sepia que han utilizado.
El que me acompaña representa ser mi jefe; terminator, lo llaman. El único ser vivo que ha despedido en un año a más personas que yo.

Y me ha gustado, porque a diferencia de otros jefes, a mí me lo hacen a la cara, me hacen partícipe, y no lo considero una falta de respeto, sino más bien una forma de empezar el día de lo más jocosa. Al verlo sobre la mesa, ellos han empezado el día con su jefe llamándoles Banda de Hijos de Puta, sin pretender faltar al respeto, tampoco. Ni siquiera les ha molestado excesivamente, porque puta lo he pronunciado entonando un gallo matinal abusador. ¿Qué hiciste? Abusador. Ellos se han desconojado. El Cabrones de después lo he pronunciado de puta madre, pero no ha podido hacerse hueco entre las risas. Luego he mascullado Putas, entre dientes. Lo de Puta es algo mucho más serio.

Y así siempre pasa algo, cada día. Y antes eran cosas desagradables, ácidas, malas respuestas, desplantes, rebeldías. Y ahora nos llaman la atención porque somos demasiado alegres, porque al menos dos veces al día se nos oye reír desde la recepción del piso de abajo. 2 veces al día, en mi opinión, son pocas.

Por lo demás, acabo de comer un plato de lentejas, otro de albondigas con verduritas y un actimel.

Y en otro de orden de cosas, estoy revisando todos los pagos a realizar entre hoy y mañana de 14 empresas, proveedor a proveedor; mucha paciencia y atención, que mañana será otro día. Sí, un día muy distinto, pues me tocará revisar las transferencias. Un día de estos me hago rico y escapo.

domingo, 14 de febrero de 2010

Elephant Gun

Quisiera comenzar hoy con una dosis de cenicismo, a diferencia de días anteriores. No todo son flores y violas por el camino, tengo mis momentos tristes. Momentos, no más, parcelas de tiempo indeterminadas de escasa duración. Vaya, el viernes leí un blog que me impresionó todo lo que se puede impresionar. No quisiera desenfocarme, luego diré algo de esa obra de arte de la literatura virtual. Lo que me escama, lo que me afea, lo que me torna gris: no ligo, no pillo cacho (nuevo cacho). No hay manera, tampoco es que esté lanzando el anzuelo; no, para nada. Ya no. Pero, ¿Y qué? Debería ser compensado por tantas ocasiones en las que yo me abalancé sobre el riesgo de la derrota, sin calzoncillos, a miembro descubierto.

Eso. Nada de nada. Estoy tratando de poner remedio, yendo al gimnasio y formando una banda de música de un estilo nuevo. Soy el bajista, y el bajista, si no toca en The Cure, no suele molar. Si es tan fácil, hazlo tú. Lo del gimnasio ya lo tengo bastante manido, pero no termino de sacarle todo el partido a esas máquinas desarrolladoras de mis musculaciones varias.



Yo no soy puro fuego, yo no vivo al límite. Para mí hacer una locura es dar una voltereta en el suelo. Si me dices que esta noche quieres hacer algo loco de verdad te diré que te den, que a Roma te va a llevar tu puta madre, aquí al lado tengo la calle Aragón y a veces me da tanta pereza que voy rodando. No, no soy puro fuego, no me entrené en el campo de las letras puras; la filosofía oriental, algo he leído, 2 puntos, un negro y uno blanco, dentro de un círculo; mitad negro, mitad blanco.

Mi círculo es color sepia; el blog al que me refería al principio de la parrafada de hoy es, sin duda, puro fuego. No lo linkaré aquí, por el momento.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Ocean Colour Scene

Últimamente no hago más que reírme. En el trabajo: jaja. Hoy me preguntan, en mi equipo, que por qué ahora tiendo a imponerme tanto, con lo dócil que era yo antes, enfatizan. Ya no me caben más pollas en el culo, contesto.

Por descontado no cabe hablar de los amiguetes: juasjuas. Mención aparte y destacada tendrán otro día que me apetezca más.

Con mi padre: jojojuju. Sin embargo veo a mi madre y sniff sniff, y eso es una putada. Mi madre se encontraba en la otra habitación soportando las gilipolleces de mi hermano mayor. Mi madre tiene la pierna jodida, aunque todos sabemos que acentúa exageradamente la cojera. Gen víctima, lo denominan. Esas cosas yo también las hago. Mi hermano tiene celda en el corazón; eso le dice siempre mi madre. Mi padre, en el que antes era mi cuarto, el que ahora es su despacho, el que ahora es un Mac y algunos mueblecillos alrededor, me comenta que está pasando datos del PC a su “máquina”, más concretamente El Gran Torino, me dice. Ah, Gran Torino, chupi guay. Él me dice:
- No, hijo anónimo, Gran Torino no, El Gran Torino.
Mi padre es un guarrindongo.

Mientras tanto mi madre está gritando a unos metros, pero como mi padre está sordo no escucha nada. Está tan sordo como coja mi madre.



Y mañana me despertaré a las 6 de la mañana, jojo, y el viernes tengo fiesta en el trabajo a cuenta de las cuatro horas de cielo oceánico que navegué el domingo, así que mañana por la noche parti – parti.

Pero pese a todos los jajajojojujujuasjuas, estoy prácticamente convencido de que cualquier día de estos me darán por el culo, susurrándome jeje al oído.

domingo, 7 de febrero de 2010

The XX

6:23 de la mañana

Llevo una hora despierto, no preguntes por qué.
Ni siquiera yo lo sé.

Sin embargo, y con esta tontuna habitual que me caracteriza últimamente, lo primero que pienso es que 5 horas las he dormido de puta madre y, segundo, que mejor ir a trabajar ya y salir a mi hora.

Mi primer proyecto musical con cara y ojos ya está en marcha, ya tenemos hasta algunas canciones medianamente ideadas. Por cierto, cuando digo con cara y ojos quiere decir que ninguno de los integrantes ha sido decapitado con anterioridad. Yo tocaré el bajo. A eso estoy bien acostumbrado.

Además, ahora hay un (otro) grupo que triunfa sin tener ni puta idea de música, cuyo tema presentación está arrasando, carne de cualquier festival de esos indies o electrónicos que en los últimos años aglutinan la oferta musical. Además, no son nada guapos, y nosotros tenemos una vocalista que ya está pensando en cómo irá vestida en cada una de las actuaciones.

Ellos son The xx



Y, para empezar, nuestro nombre mola mil veces más, así como los títulos de nuestras canciones. Seguro que esto también se queda en agua de borrajas, como lo de irme a Figueres pero qué bonito es vivir de ilusiones. De verdad que me gusta. Sobre todo porque sé que algunas cristalizan.

St. Vincent

Cruzaba el aparcamiento de Sant Joan, no hará ni media hora, bajo un horizonte oceánico inmenso, sonriente. Y es que así da gusto.

De momento 2010, salvo el descalabro inicial, está siendo diferente a los años previos, lo juzgaría como armónico. Y muy bien, porque me siento tan fuerte como tranquilo, lo suficientemente en paz conmigo mismo como para otorgarme el derecho de cagarme en el resto de la gente sin atisbo de culpabilidad ni necesidad de razones. Es igual, ahora, a través de este enorme ventanal, si miro hacia arriba, sólo hay un océano en el cielo, y si te ubicas bien, ningún cable impedirá que sientas que estás a punto de zambullirte en él.

La verdad, soy bastante cagón, si me subo un par de pisos más arriba –evidentemente- seré incapaz de convencer a mi cuello de que ponga a mi cabeza mirando al sol. Es irremediable, cuando pierdo la sensación de horizontalidad estoy perdido, un frío hormigueo se inicia no quieras saber donde y se extiende hasta el punto de torcer la rodilla con tal de reforzar la necesidad de un suelo inmediato.

Todo esto viene a una intención metafórica a la par que plausible (muy plausible) y a la pretensión nada avara de querer continuar evolucionando; así como un día comencé a disminuir el número de veces que tartamudeo, debo comenzar a aumentar ciertos niveles de conformismo que hasta la fecha no he terminado de arraigar. Esto es volver a retomar ciertas habilidades sociales, abrirme de nuevo, pero siendo capaz de distinguir el quién, el cómo, el porqué, y siendo muy consciente de que la empatía es un sustantivo que no tiene derivados.



Mientras tanto, ya que lo que lo aquí escrito hoy no tiene puta gracia y no tengo ganas de volver a escribir el chiste del fin de semana, dejo aquí este vídeo de St. Vincent (suspiro y ojos clavados en los fluorescentes), que con un título tan macabro ha sido para mí el descubrimiento tardío de este fin de semana.

domingo, 31 de enero de 2010

Crash

Anoche abandonamos el Minusa pasadas las 3 de la mañana, nos despedimos de Rubén y subimos a casa. Nos pusimos "Crash". No íbamos muy bebidos, y aunque yo ya la había visto antes, volví a aguantar toda la película. Casi 3 horas de altibajos y arrumacos.

Esta mañana, tras dormir las 5 horas de rigor, abro la ventana y gruñe. Me da igual. Se despereza.
- Esta es la habitación de los sueños -me dice, ya algo más lúcida-, nunca recuerdo lo que sueño, y aquí siempre.

Me levanto en pelotas para ir al cuarto de baño, convencido de que ella, pudorosa como siempre, aprovechará el rato para vestirse. Anoche me dijo que yo soy lo más especial que le ha pasado en su vida. Yo no le respondí lo mismo. Yo no lo pienso. Hace nueve años que nos conocemos.
- Nos conocemos hace 9 años y seguimos igual, ¿no crees?
- Bueno, ahora follamos - respondo-. Hay cierta diferencia.

Si le he contestado así es porque automáticamente me he armado el caparazón. Tampoco quiero engañarla, no hacerle daño ni, por consiguiente, dañarme a mí mismo. La semana pasada también me dijeron algo precioso, a lo que tampoco supe ni sé corresponder. Quizás un día de estos deba convencerme a mí mismo que las emociones colegiales no visitan a los treintañeros, que los valores ilusión, nerviosismo, emoción y etcéteras deben ser sustituidos por estabilidad, ahorro, convivencia y otras historias.

No sé, quizás algún día. Desde luego ni hoy ni mañana.

miércoles, 27 de enero de 2010

Bostezo, y sonrío

Aquí, en el sofá de casa de mis padres, esperando a que mi madre sirva la cena. Hoy espero dormir bien, llevo días despertándome a horas que no procede. Anoche a las 3:20, y media hora más tarde otra vez.

Luego a las 5:15 pongo una alarma con el here today, gone tomorrow de Los Ramones. Estoy tan cansado que ni me apetece ir a youtube a buscar el link. Luego ya suena la alarma, el buzzer de los cojones del reloj de mesilla, a las 6 y 36. 8 cafés dan fe. Al parecer hay unos aparatos que te permiten tener la sensación de estar amaneciendo en un cuento de Disney. Seamos realistas, uno de esos no me haría ningún bien.

Ahora bostezo, me llora el ojo derecho, me pesan los párpados, y sonrío. Me sumo en una tranquilidad inusitada, en una relajación casi apocalíptica. Me han sometido a 2 estudios del sueño, curiosa experiencia. La primera ocasión saltaron las alarmas. La segunda, cuando parecía que todo estaba perdido, me rendí, decidí no volver a dormir, no pelearme más contra ingestas indeseables. Si no dormía, estaba bien, no quería volver a depender de nada.

Estuve 5 días sin dormir.

Y hoy duermo bien y de lo más que puedo quejarme es de un par de despertares. 5 noches sin dormir, con sus 5 días. De día yo me prohibía caer, sólo debía suceder de noche, fue brutal, me desintoxiqué de todo -sobre todo de mí mismo-, convertí en todo un machote. Recuerdo que cuando empezaba a conciliar mínimamente, algún espasmo en las extremidades me golpeaba a mí mismo.

Creo que fue entonces cuando mi sensibilidad se fue a tomar por culo.

Y es duro haberlo vivido, pero genial haberlo superado así. Lo que no te mata te hace más fuertecito. Si bien soy consciente de mi capacidad innata de cometer errores absurdos, soy más consciente aún de mi capacidad para remar hasta la orilla, aunque me quede sin aire ni sustento, aunque a veces pierda de vista la Tierra.

martes, 26 de enero de 2010

22:01

Lo peor de coger el tren que pasará dentro de 21 minutos en Sant Cugat es la hora y el frío que hace en estas fechas. Por lo demás es perfecto, ni siquiera huele tan mal como cuando cada mañana confluyen los hedores provocados por la sola acumulación de personas por metro cuadrado.

Lo peor de coger el tren de las diez y uno es que a esa hora sabes que has perdido toda la tarde, y peor aún es responderse a uno mismo con un “para los planes que tenía…”. Yo hoy tenía planes, como últimamente, y eso hace que me joda menos salir tan tarde. Mañana hay comité de finanzas, y lo llevo bien.

Lo mejor de coger el tren de las 22 +1’ es la música, el crucigrama, cerrar los ojos, saberte tranquilo. Hoy más, por cómo se han sucedido los acontecimientos, por haberle dado la vuelta a la tortilla y tener yo ahora la sartén por el mango. “Nos damos cuenta y valoramos todo el esfuerzo que estás haciendo, el equipo respira mejor, estamos recuperando la confianza”. Jeje. Espérate y verás, que a mí un hombre no me la clava y sale impune.

Puto tren de las 22:01.

Lo mejor de irme a las 22:01 de la noche es el rato que me paso pensando en tonterías, elucubrando, imaginándome en distintos escenarios, heroicos siempre, faltaría más; pero sobre todo, lo que más pienso, después de haberme ataviado con varias capas y caretas de lo más molonas, es en lo gilipollas que he sido al perder el tren de las 21:37.

domingo, 24 de enero de 2010

Definición

Leo mi último texto y no me gusta, hay una falta ya en la segunda línea. Esto, en realidad, no deja de ser más que un diario, y este en sí es ya un un motivo para no juzgarlo(me). Una serie de pensamientos al que unos pocos, contadísimos, acceden. Muchos me preguntan si aún sigo escribiendo. Yo siempre respondo que no, pero que no descarto volver a ponerme pronto.

A mí me despista el hecho de no saber lo que voy a escribir al ponerme delante del teclado, más o menos como cuando en los 90 me enfrentaba a un folio en blanco con el objetivo de escribir mezclando alguna ocurrencia que otra sobrevenida con anterioridad.

En realidad hago esto porque es la única forma que tengo de comunicarme conmigo, de explicarme qué sucede. Hoy me apetece confesarme que me he enfrentado, cobardemente, a una de las dos hermanas, a aquella a la que me declaré. Mario, la verdad es que todo me parece tan poco creíble, me ha dicho. Quizás sea lo mejor para todos, le he respondido. No me ha insultado, y eso supone una victoria, sin duda. Pero no se lo he repetido, no he sido valiente, y quizás es que me conozco la historia y no tenga ganas de revivirlo de nuevo:
Me gustas, siento algo por ti, me estoy enamorando, te quiero, deseo estar contigo, te echo de menos, adoro levantarme contigo por las mañanas, si no estás no me apetece, no me pasa nada, hoy no puedo, tu sabrás lo que haces, lo siento, perdóname, necesito estar solo, tenemos que hablar, adiós, que te den.

O simplemente s que me acojona, yo qué sé.

sábado, 23 de enero de 2010

Desaparecer

Estoy teniendo ataques cursis. Mucho.

Me da vergüenza casi reconocer en la composión de un espejo oceánico de estrellas, dibujando figuras y sacrificándose, lanzándose al vacío. ¿Por qué? No lo sé.

Ayer fue muy divertido, cenamos en un restaurante italiano de la callé Tetuán, la Veccia Napoli, sin duda el lugar más indicado para celebrar el cumpleaños de Casimiro, el 30.

-Tengo 30 años y he sobrevivido a 2 atropellos, un naufragio y un cáncer.

Esas fueron sus palabras, cuando le gritamos el que-hable-que-hable. Es una de las personas más brillantes que conozco, de firmes principios, rápido e ingenioso. No hay noche que no saque el tema del cáncer, siempre riéndose. "¡Qué va!Yo he tenido la suerte de poder decir que he disfrutado de la morfina a saco." .

Fuimos a un karaoke, Casimiro cantó Rafael y su novia, Amanda, Rebecca. Y un Friki al final cantó en Nessun Dorma, ya dije unos pocos días atrás que se estaba poniendo de moda, pero creo que no es la elección más adecuada para un lugar así. La camarera estaba muy buena.

Lo que pasó después me lo reservo, baste decir que recordándolo sonrío, y que supongo que por todo el cúmulo de encuentros y sensaciones vividas hoy he estado tan curso. Pero ya está, en definitiva esta es otra de aquellas cosas que no conviene sacar del cajón muy asiduamente.

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¿Sabes? Hace unos días recibí una llamada que venía a informarme que una persona me había eliminado de sus contactos de Facebook. Yo no me había dado cuenta. No es ni la primera ni la última, pero la respuesta que di y que aún mantengo fue que todo el mundo tiene que hacer aquello que crea conveniente. No me voy a enfadar lo más mínimo, caso que lo entiendo. Lo que me extrañó fue que me llamara al día siguiente, eso no lo entendí, y si algo soy yo es un tío comprensivo.

Un tío comprensivo que en días como hoy sólo tiene ganas de desaparecer y cambiarlo todo, por incongruente que suene.

viernes, 22 de enero de 2010

Cosas que iluminan

O cosas que hacen luz.

Esta tarde intentaba dormir la siesta, ha sido imposible, no me preguntes por qué. Anoche quedé con Miriam. Bien o muy bien, como siempre. Dormí poco, y no muy bien. Esperaba dormir esta tarde. No podía, y en la habitación oscura veía que los únicos resquicios de luz eran los de aquellos objetos que estaban en funcionamiento: móvil, portátil, televisión en standby, altavoz, la hora en el despertador y algunos recuerdos. No sé si era por la luz de estos últimos o por el picorcillo de mis fosas nasales, pero no conciliaba el sueño. Conciliar el sueño, ¿Con qué?

Ahora ducha, lentillas, tejanos, camiseta molona y jersey wally azul, parca y gazelles, verdes hoy. Cena, risas, havana 7 con pulco de limón y cocacola (light). Quién sabe lo que vendrá después. Sé lo que vendrá el viernes que viene, y aunque nunca leas esto, la verdad es que tengo muchas ganas de verte, aquí, donde iluminas mi habitación a oscuras.

Sin embargo, las ganas no son suficientes para coger el teléfono y decírtelo, esas cosas nunca me salen. ¿Qué quieres? Tengo pocas luces.

miércoles, 20 de enero de 2010

1 a n

la estructura de los centros de coste del Grupo va a ser modificada, con una correspondencia de 1 a n. Impepinable. Esta es ahora la mayor preocupación de mi vida, y mira que podría preocuparme por un centenar de posibles acontecimientos, innumerables ... en cambio no me apetece ni empezar a repasarlos, la balanza favorece a mi optimismo, tan poco forjado como placentero.

Y cuento con tanto alrededor que no comprendo como tanto alrededor que no me importa comprender. Observo, no me detengo en lo triste, degusto lo que me divierte. No siento demasiado como se supone que se deberían sentir las emociones más puras. He tenido lo mío, posiblemente más que la mayoría, aunque eso de compararse esté muy feo y aunque el objeto concreto de esta comparación sea una mentira tan grande como una casa de camperolo.

Y es que me da igual, cualquier preocupación, por mucho que se multiplique de 1 a N. Tengo este suelo, por ambiguo que suene. Tengo u n lugar en el que caerme a partirme la caja. No siempre ha sido así, pero oye ves, ahora sí. Como para rechazarlo.

Acabé el 2009 haciendo mucho daño a una persona que me importaba, por culpa de unas cervezas y un par de cubatas me declaré a su hermana en el día de Navidad. Horrible, ni yo me lo puedo perdonar. Bueno, sí que pude sí, y no me costó horrores hacerlo. Pero me fascina todo al respecto de aquella noche.

Coño, está sonando de fondo el famosísimo extracto del Turandot "Nessun Dorma", de Puccini, reavivado por fundaciones benefactoras -no benéficas- y Florentino Pérez "...". Y con dos cojones, interpretado por Pavarotti. Con el tiempo me han acabado pirrando estas piezas. A ver si soy capaz de insertar el puto vínculo de los cojones. Si ves que no está y te apetece, youtube está en la pestaña de al lado.

Y es que hay que ver, conservo mi sensibilidad intacta, joder.

Pero bueno, prosigo con el tema de las dos hermanas. Lo que sobre todo pienso es que tardé demasiado en ser sincero, pues esto lo arrastraba hacía tiempo. Sin embargo, no es suficiente como para volver a arriesgarse. En absoluto. Y una mierda. Aunque también en estos tema los problemas hallan pasado de 1 a n, cuando n tiende a un huevo.

Eso sí, divertido lo es un rato, visto desde fuera.

domingo, 17 de enero de 2010

Dejar de fumar

Dejar de fumar aún no es un logro, supongo que hasta que no pasen otro par de semanas no lo registraré como tal.

Además, anteanoche me fumé 1.

Pero bueno, no soy perfecto, soy humano, y he demostrado sobradamente que en ocasiones incluso me atrae ceder voluntariamente ante la tentación y relucir una más que posiblemente inexistente debilidad. Ahora dejar de fumar es más sencillo, cada vez fuma menos gente, cada vez está prohibido inhalar nicotina quemada en más lugares, cada vez es más cara la cajetilla, cada vez me apetece menos vomitar por las mañanas por culpa de la tos que arrastro.

Pero fumar me gustaba, como tantas cosas nocivas, como el amor, uouououoooooooo. No, qué va, eso también lo dejé hace años. Y mira, que anoche también nos fuimos de cena y comprimimos las bromas, con ganas de irnos a dormir pronto. Al Undeath, quería ir mi hermano. No me apeteció. Es divertido mezclarse con todos esos góticos, pero el Minusa los sábados es difícil de superar, sobre todo cuando se dejan de esas chorradas (siempre a mi parecer) de los bailes modernos con música de los 30, 40 y 50 y se confunden las palabras con los fondos amenizados por guitarras, líneas de bajo aceleradas y sintes emulando orquestas electrónicas. Pero ayer nos reímos tanto que apenas recuerdo alguna canción. Apenas bebí una copa.

Momento agudo de la noche, a cargo de Lametón:
- ¡Eh! Increíble, ¿os habéis dado cuenta de que todos nosotros vestimos calzado?

A todo esto yo le proponía matrimonio a todas las mujeres que se acercaban a mí, provocando un inmediato alejamiento. 10-10-10 es es límite, el amor delimitará las fronteras. En algunas páginas del ciberespacio anuncian señoritas rusas dispuestas a casarse a cambio del permiso de residencia. Eso sería considerado trampa.

Lo dicho, si no puedo fumar y tampoco comer como un cerdo para sustituirlo, tendré que escribir como un cenutrio.

sábado, 16 de enero de 2010

Yeah

Me lo perdono todo, estoy de lo más optimista.

Quizás ya tocaba ser un poco comprensivo conmigo mismo, aceptar mis debilidades y ... vaya, ya estoy volviendo a escribir mierdas.
Pues nada, ayer me reencontré con mi inocencia, y seguía igual. Para mí que era un clon. Me explicó algunas cosas que mejor era acompañar con una sonrisa. Ella ayudaba. jejeje. Irónica y dulcemente sarcástica, lo cual no deja de ser, precisamente, irónico.

Y sonreía igual, y se le movían las aletillas de la nariz al reír. Y yo la vi feliz; aunque ella lo negase, debería darse cuenta de que su presente yo lo envidio sanamente. Es molona, y dice coño, joder y follar. Otro día ya escribiré de ella.

Mientras tanto, a mí me duele un poco la cabeza hoy. Lo de irme a vivir a Figueres cada vez apetece más, pero estas cosas siempre se me gafan. Me apetecería y me convendría. También me gusta saber que habría al menos unas 10 personas a las que echaría mucho de menos. No está mal, nada mal.