miércoles, 17 de febrero de 2010

Mi jornada laboral de hoy


Esta foto la he encontrado sobre mi mesa esta mañana; ¿quién ha realizado tan majestuoso montaje? Mi equipo. Más concretamente la que yo consideraba la pelota del equipo, pero en nombre de todos. Esta foto; ésta. Yo a esto sólo le he aplicado la etiqueta ocular, con tal de prevenir mi anonimato.

A mí, la verdad, me ha encantado, de veras, quizás por los tonos blanco y negros tan cercano al sepia que han utilizado.
El que me acompaña representa ser mi jefe; terminator, lo llaman. El único ser vivo que ha despedido en un año a más personas que yo.

Y me ha gustado, porque a diferencia de otros jefes, a mí me lo hacen a la cara, me hacen partícipe, y no lo considero una falta de respeto, sino más bien una forma de empezar el día de lo más jocosa. Al verlo sobre la mesa, ellos han empezado el día con su jefe llamándoles Banda de Hijos de Puta, sin pretender faltar al respeto, tampoco. Ni siquiera les ha molestado excesivamente, porque puta lo he pronunciado entonando un gallo matinal abusador. ¿Qué hiciste? Abusador. Ellos se han desconojado. El Cabrones de después lo he pronunciado de puta madre, pero no ha podido hacerse hueco entre las risas. Luego he mascullado Putas, entre dientes. Lo de Puta es algo mucho más serio.

Y así siempre pasa algo, cada día. Y antes eran cosas desagradables, ácidas, malas respuestas, desplantes, rebeldías. Y ahora nos llaman la atención porque somos demasiado alegres, porque al menos dos veces al día se nos oye reír desde la recepción del piso de abajo. 2 veces al día, en mi opinión, son pocas.

Por lo demás, acabo de comer un plato de lentejas, otro de albondigas con verduritas y un actimel.

Y en otro de orden de cosas, estoy revisando todos los pagos a realizar entre hoy y mañana de 14 empresas, proveedor a proveedor; mucha paciencia y atención, que mañana será otro día. Sí, un día muy distinto, pues me tocará revisar las transferencias. Un día de estos me hago rico y escapo.

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