viernes, 26 de febrero de 2010

Sin música

Bueno, a ver.
Esto no sé cómo explicarlo.
Lo voy a intentar.
En 2004 fui despedido por el entonces presidente de DP y fundador de Jazztel, en riguroso directo; alguien a quien yo consideré la peor persona que yo he conocido en mi vida, a quien yo más he odiado a leguas de distancia del perseguidor. Lo denuncié: gané. Pero tenía cierto miedo de él.
Siempre se mostraba sonriente, galante, superior, el gordo de los cojones. La primera vez que me hablaron de él me preguntaron si me sonaba su nombre. Dije que no. Quién me lo preguntó –con fingida admiración- era la directora de Comunicación, en la última entrevista de una de las múltiples empresas que ha fundado Mark Campbell, con el objetivo de sacarle todo el beneficio posible en los primeros 3 - 4 años para luego vender la mayoría del accionariado por encima de su valor, a base de artimañas legales.
Hoy he leído en el periódico que Mark Campbell acuchilló a la directora de Comunicación el pasado mes de octubre.
Es todo lo que me apetecía escribir.
Y una cosa más.
Ahí te pudras, hijo de la gran puta.

martes, 23 de febrero de 2010

Grupo dePresión, Orígenes

No basta con sonar escandalosamente bien. Si con eso fuera suficiente estos niños pijos yanquis de Princeton estarían retozando entre el barro con tres modelos neumáticas. Ahora mismo, por temprano que sea.



La primera reunión de Grupo Depresión tuvo lugar el día 13 de febrero de 2010, y en ella debatimos si nos disolvíamos ya o esperábamos a componer algo. La primera crisis se motivó por la retirada del Capitán Minifalda, el hombre detrás de los teclados, el hombre que debía guiarnos con su saboir faire, un músico experimentado. Nos sobrepusimos esa misma tarde, y Casimiro llamó a uno de los integrantes de The Raros, al que canta menos. Ante la propuesta, el Raro, que también es mi primo, soltó:
- Lo del Anónimo con el bajo no lo veo.
Eh tío, no importa, yo tampoco veía a The Raros triunfando ante las masas, y no me equivoqué. Espero que tú sí (hablo desde la rabia, yo siempre confié en The Raros).
Nuestra estrategia de fichajes se veía algo afectada por los últimos proyectos fundados por Casimiro y Amanda, a mi buen criterio, de enorme creatividad y calidad. Todo comenzó con Amanita y los Faloides, que alcanzaron la apoteosis con su megahit (más de 65.000 reproducciones en youtube, eso dicen que significa algo)“Teruel no existe”, interpretado en directo en la misma localidad, puedes verlo aquí. Mentiría si dijese que no llegué a temer por nuestra integridad física. Mentiría si dijese que aquélla no fue una de las escapadas más divertidas de los últimos años. Idem si dijera que he salido mucho. A este proyecto le siguió el no menos aclamado proyecto Modern Tolkien, basado en interpretar las historias medianas gays utilizando bases de los 80, deléitate clicando aquí.
Poco menos de una semana más tarde llegó el momento del ensayo en directo, en casa de Juan Depresión. Juan le da a todo, guitarra, percusión, bases varias, en fin, un genio de nuestra época. Así que llegó mi turno, yo que nunca había participado en ninguna de estas cosas, que nunca había aporreado las cuerdas ante más gente, y antes de que nadie marcara cómo tenía que ser la primera base me lancé a chapurrear algo, y de ahí salió la línea de bajo de Fumas como una Puta. La verdad es que Juan lo ponía bastante facilón marcando los segundos y el ritmo que tenía que seguir desde el Mac, pero todo esto me dio confianza y fue fundamental en el hecho de que me flipara con la segunda base, con Casimiro y Amanda cantando Puro Fuego, con JD (como Jedi) marcándome el ritmo. Luego me escuché y suena diferente, mucho que mejorar, pero la base es guay y yo lo hice mucho mejor de lo que todos, incluido yo, pensábamos. Dentro de dos semanas, dos, el segundo ensayo, y ahí estaré para bailarlo y narrarlo.

lunes, 22 de febrero de 2010

Panic

Las ventajas de ser un cíclope sentimental en los tiempos que corren son infinitas. Una sola perspectiva, la realidad de frente. En absoluto puede asemejarse a ser tuerto, para nada. Esos van cayéndose hacia los lados, inconscientes de la lateralidad, de cuanto acaece alrededor. Yo no atisbo dudas. La semana que viene me quedo solo, hasta que se decida que así debe seguir siendo. Lo único que me hace feliz del acontecimiento es que podré cenar sentado en una silla, que podré disfrutar de un comedor amplio, que invitaré a mucha gente a casa. Lo único no es poco, pero el caso es que me quedo solo porque mi hermano se embarca en la aventura de la neutralidad suiza. El muy capullo ha terminado erigiéndose como un ejemplo a seguir por el español de a pie (hace poco leí en las noticias que el español medio había muerto). Y se marcha sin haber hecho aquí todo lo que yo creo que es capaz de hacer, total, por no apetecerle. Pero esto sí, se larga a Suiza, un país neutral que, como él, no entró en guerra porque no debió apetecerle, porque mala hostia tenía y no poca. Y que no os vengan con monsergas porque esto es un hecho, lo demás son disfraces. Y quién sabe si después de los minaretes no nos prohiben también a nosotros, sucios españoles sin afeitar.
Vamos, que se va, y es bastante raro. El mayor en Suiza, el pequeño en Suecia, y yo haciéndome pajas con la idea de pirarme a Figueres. Ya llegará mi turno, ya.

Puesto que soy un cíclope sentimental hablo desde la objetividad que me otorga mi único ojo (en la cara y no en el culo), y tras este último extraño fin de semana saco alguna conclusión. Por partes:



1. Me fui a Razz solo sólo a hacerle una visita al Dj, porque estaba realmente animado. Conclusión: no estuvo nada mal, máxime cuando no gastas pasta, máxime cuando ocurren cosas. No lo volveré a hacer, lo de estar realmente animado.
2. Tuvo lugar el primer ensayo oficial de Grupo Depresión. Conclusión: joder, cómo molamos / me lío cuando tengo que cambiar el compás, o el tempo, o lo que sea. Lo volveré a hacer dentro de 2 semanas.
3. Que ayer escribí algo bonito para alguien. Conclusión: lo volveré a hacer otra vez el año que viene.
h. 3 conclusiones son suficientes para un único fin de semana.

Así que la semana que viene las cosas serán distintas, y podré espachurrarme en el sofá del salón tan tranquilo, sabedor de que mis dos hermanos están bien. Y eso también me tranquilizará aún más, así que, ¿quién sabe? Quizá de una vez por todas supero la mayor desventaja que supone ser un cíclope y es que a lo mejor, y sólo a lo mejor, esta vez acabo ganando.

domingo, 21 de febrero de 2010

Elephant Parade

Dije que algún día escribiría sobre ella, sobre cómo la vi en nuestro reencuentro, tras diez años desde la última vez que quedamos. Aquélla tuvo lugar en la segunda planta de una cafetería de las Ramblas, y llevaba un jersey gris nuevo. Ya se sabe que las chicas, cuando rompen con algo, lo que sea, se tienen que ir de compras. Me dijo que se haría lesbiana, que se había agobiado, que estaba cansada, que no estaba enamorada. Con un Quiero-cambiar-de-aires hubiera bastado, supongo. No sé, yo era muy impaciente, insistente, extenuante, casi, por aquellos entonces.

Después no sé que hice, ni dónde fui, ni nada. Me puse a buscar información para enrolarme en una ONG y largarme. No tardó demasiado en aparecer Miriam en mi vida. Otra M, otra psicóloga, pero a diferencia de la primera, una puta, ésta.

Siguiente estación: Silvia. También se quedó 2 años conmigo, a ella la dejé yo primero, y no fue por teléfono, esta vez. Volvimos porque a ella le apeteció. Al dejarlo no me metí precisamente en una ONG -ni ganas-, pero podríamos decir que me convertí en objeto de ser acogido por alguna, aunque no a modo de colaborador.

Lo que siguió a continuación no tiene interés, ahora. La cuestión es que se han sucedido los años y yo siento que no me parezco en nada a mí mismo, al Mí Mismo de hace diez años, quiero decir. No obstante, al volver a verte, regresé.

Enero de 2010. Un viernes, a las siete de la tarde en el Minusa. Llegué tarde. Llegué tarde porque me puse a vomitar 5 minutos antes de bajar. Nada de nervios, me viene ocurriendo hace algún tiempo. Por eso he dejado de fumar, básicamente. No sólo se trató de un gesto perezoso, aunque también. Estabas en la puerta, ojeando el móvil, esperando sin esperar, te vi desde el balcón de mi habitación.

La cuestión, la verdadera cuestión, era que, aunque se hayan sucedido los años y yo sienta que no me parezco en nada a mí mismo, al Mí Mismo de hace diez años, regresé. Porque tú también eras Tú Misma. Porque casi estás igual, físicamente, quiero decir. Entramos, nos sentamos, pedimos 2 cervezas, matando rápido lo poco que la situación tuviera de incómoda, a partir de ese momento, reír y reír. Todo el rato igual.
-Ahora pagaría por saber qué estás pensado en este momento -dijiste.

No te lo diré jamás.

No conviene.



No nos dijimos nada excesivamente importante, o quizá todo lo fue; porque nada de lo que nos dijésemos iba a serlo, o al contrario. Nada. Y todo. Fueron dos horas muy agradables, Mª José.

Desde el punto temporal fijado en el primer párrafo de hoy hasta este preciso instante han pasado diez años, sólo. Y en todos ellos únicamente he recordado un cumpleaños, en cada uno. Ni el de mi madre, ni el de mi padre. Mi ahijada aquí no entra, porque sólo tiene 3, y desde luego que no me olvido. Tendrías que verla. Perdón, me disperso. Tu cumpleaños es hoy, y te escribo para felicitarte. Felicitarte por haber llegado como lo has hecho a los 30, que aparentas 23. Por haber sido una persona consecuente, valiente, sincera. Por haber superado todos los obstáculos, que no han sido pocos. Porque sí. Porque el hecho de que hoy se cumplan 30 años desde que naciste no cimenta más que una mera excusa para escupirte este tostón a la cara. Porque pasarán otros diez años, tendremos churumbeles (seguro que sí), una hipoteca, más arrugas, y las mismas cuerdas que nos atan. De eso los elefantes saben un buen rato. Las de los buenos recuerdos, también las de un jersey gris en la segunda planta de una cafetería de las Ramblas.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mi jornada laboral de hoy


Esta foto la he encontrado sobre mi mesa esta mañana; ¿quién ha realizado tan majestuoso montaje? Mi equipo. Más concretamente la que yo consideraba la pelota del equipo, pero en nombre de todos. Esta foto; ésta. Yo a esto sólo le he aplicado la etiqueta ocular, con tal de prevenir mi anonimato.

A mí, la verdad, me ha encantado, de veras, quizás por los tonos blanco y negros tan cercano al sepia que han utilizado.
El que me acompaña representa ser mi jefe; terminator, lo llaman. El único ser vivo que ha despedido en un año a más personas que yo.

Y me ha gustado, porque a diferencia de otros jefes, a mí me lo hacen a la cara, me hacen partícipe, y no lo considero una falta de respeto, sino más bien una forma de empezar el día de lo más jocosa. Al verlo sobre la mesa, ellos han empezado el día con su jefe llamándoles Banda de Hijos de Puta, sin pretender faltar al respeto, tampoco. Ni siquiera les ha molestado excesivamente, porque puta lo he pronunciado entonando un gallo matinal abusador. ¿Qué hiciste? Abusador. Ellos se han desconojado. El Cabrones de después lo he pronunciado de puta madre, pero no ha podido hacerse hueco entre las risas. Luego he mascullado Putas, entre dientes. Lo de Puta es algo mucho más serio.

Y así siempre pasa algo, cada día. Y antes eran cosas desagradables, ácidas, malas respuestas, desplantes, rebeldías. Y ahora nos llaman la atención porque somos demasiado alegres, porque al menos dos veces al día se nos oye reír desde la recepción del piso de abajo. 2 veces al día, en mi opinión, son pocas.

Por lo demás, acabo de comer un plato de lentejas, otro de albondigas con verduritas y un actimel.

Y en otro de orden de cosas, estoy revisando todos los pagos a realizar entre hoy y mañana de 14 empresas, proveedor a proveedor; mucha paciencia y atención, que mañana será otro día. Sí, un día muy distinto, pues me tocará revisar las transferencias. Un día de estos me hago rico y escapo.

domingo, 14 de febrero de 2010

Elephant Gun

Quisiera comenzar hoy con una dosis de cenicismo, a diferencia de días anteriores. No todo son flores y violas por el camino, tengo mis momentos tristes. Momentos, no más, parcelas de tiempo indeterminadas de escasa duración. Vaya, el viernes leí un blog que me impresionó todo lo que se puede impresionar. No quisiera desenfocarme, luego diré algo de esa obra de arte de la literatura virtual. Lo que me escama, lo que me afea, lo que me torna gris: no ligo, no pillo cacho (nuevo cacho). No hay manera, tampoco es que esté lanzando el anzuelo; no, para nada. Ya no. Pero, ¿Y qué? Debería ser compensado por tantas ocasiones en las que yo me abalancé sobre el riesgo de la derrota, sin calzoncillos, a miembro descubierto.

Eso. Nada de nada. Estoy tratando de poner remedio, yendo al gimnasio y formando una banda de música de un estilo nuevo. Soy el bajista, y el bajista, si no toca en The Cure, no suele molar. Si es tan fácil, hazlo tú. Lo del gimnasio ya lo tengo bastante manido, pero no termino de sacarle todo el partido a esas máquinas desarrolladoras de mis musculaciones varias.



Yo no soy puro fuego, yo no vivo al límite. Para mí hacer una locura es dar una voltereta en el suelo. Si me dices que esta noche quieres hacer algo loco de verdad te diré que te den, que a Roma te va a llevar tu puta madre, aquí al lado tengo la calle Aragón y a veces me da tanta pereza que voy rodando. No, no soy puro fuego, no me entrené en el campo de las letras puras; la filosofía oriental, algo he leído, 2 puntos, un negro y uno blanco, dentro de un círculo; mitad negro, mitad blanco.

Mi círculo es color sepia; el blog al que me refería al principio de la parrafada de hoy es, sin duda, puro fuego. No lo linkaré aquí, por el momento.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Ocean Colour Scene

Últimamente no hago más que reírme. En el trabajo: jaja. Hoy me preguntan, en mi equipo, que por qué ahora tiendo a imponerme tanto, con lo dócil que era yo antes, enfatizan. Ya no me caben más pollas en el culo, contesto.

Por descontado no cabe hablar de los amiguetes: juasjuas. Mención aparte y destacada tendrán otro día que me apetezca más.

Con mi padre: jojojuju. Sin embargo veo a mi madre y sniff sniff, y eso es una putada. Mi madre se encontraba en la otra habitación soportando las gilipolleces de mi hermano mayor. Mi madre tiene la pierna jodida, aunque todos sabemos que acentúa exageradamente la cojera. Gen víctima, lo denominan. Esas cosas yo también las hago. Mi hermano tiene celda en el corazón; eso le dice siempre mi madre. Mi padre, en el que antes era mi cuarto, el que ahora es su despacho, el que ahora es un Mac y algunos mueblecillos alrededor, me comenta que está pasando datos del PC a su “máquina”, más concretamente El Gran Torino, me dice. Ah, Gran Torino, chupi guay. Él me dice:
- No, hijo anónimo, Gran Torino no, El Gran Torino.
Mi padre es un guarrindongo.

Mientras tanto mi madre está gritando a unos metros, pero como mi padre está sordo no escucha nada. Está tan sordo como coja mi madre.



Y mañana me despertaré a las 6 de la mañana, jojo, y el viernes tengo fiesta en el trabajo a cuenta de las cuatro horas de cielo oceánico que navegué el domingo, así que mañana por la noche parti – parti.

Pero pese a todos los jajajojojujujuasjuas, estoy prácticamente convencido de que cualquier día de estos me darán por el culo, susurrándome jeje al oído.

domingo, 7 de febrero de 2010

The XX

6:23 de la mañana

Llevo una hora despierto, no preguntes por qué.
Ni siquiera yo lo sé.

Sin embargo, y con esta tontuna habitual que me caracteriza últimamente, lo primero que pienso es que 5 horas las he dormido de puta madre y, segundo, que mejor ir a trabajar ya y salir a mi hora.

Mi primer proyecto musical con cara y ojos ya está en marcha, ya tenemos hasta algunas canciones medianamente ideadas. Por cierto, cuando digo con cara y ojos quiere decir que ninguno de los integrantes ha sido decapitado con anterioridad. Yo tocaré el bajo. A eso estoy bien acostumbrado.

Además, ahora hay un (otro) grupo que triunfa sin tener ni puta idea de música, cuyo tema presentación está arrasando, carne de cualquier festival de esos indies o electrónicos que en los últimos años aglutinan la oferta musical. Además, no son nada guapos, y nosotros tenemos una vocalista que ya está pensando en cómo irá vestida en cada una de las actuaciones.

Ellos son The xx



Y, para empezar, nuestro nombre mola mil veces más, así como los títulos de nuestras canciones. Seguro que esto también se queda en agua de borrajas, como lo de irme a Figueres pero qué bonito es vivir de ilusiones. De verdad que me gusta. Sobre todo porque sé que algunas cristalizan.

St. Vincent

Cruzaba el aparcamiento de Sant Joan, no hará ni media hora, bajo un horizonte oceánico inmenso, sonriente. Y es que así da gusto.

De momento 2010, salvo el descalabro inicial, está siendo diferente a los años previos, lo juzgaría como armónico. Y muy bien, porque me siento tan fuerte como tranquilo, lo suficientemente en paz conmigo mismo como para otorgarme el derecho de cagarme en el resto de la gente sin atisbo de culpabilidad ni necesidad de razones. Es igual, ahora, a través de este enorme ventanal, si miro hacia arriba, sólo hay un océano en el cielo, y si te ubicas bien, ningún cable impedirá que sientas que estás a punto de zambullirte en él.

La verdad, soy bastante cagón, si me subo un par de pisos más arriba –evidentemente- seré incapaz de convencer a mi cuello de que ponga a mi cabeza mirando al sol. Es irremediable, cuando pierdo la sensación de horizontalidad estoy perdido, un frío hormigueo se inicia no quieras saber donde y se extiende hasta el punto de torcer la rodilla con tal de reforzar la necesidad de un suelo inmediato.

Todo esto viene a una intención metafórica a la par que plausible (muy plausible) y a la pretensión nada avara de querer continuar evolucionando; así como un día comencé a disminuir el número de veces que tartamudeo, debo comenzar a aumentar ciertos niveles de conformismo que hasta la fecha no he terminado de arraigar. Esto es volver a retomar ciertas habilidades sociales, abrirme de nuevo, pero siendo capaz de distinguir el quién, el cómo, el porqué, y siendo muy consciente de que la empatía es un sustantivo que no tiene derivados.



Mientras tanto, ya que lo que lo aquí escrito hoy no tiene puta gracia y no tengo ganas de volver a escribir el chiste del fin de semana, dejo aquí este vídeo de St. Vincent (suspiro y ojos clavados en los fluorescentes), que con un título tan macabro ha sido para mí el descubrimiento tardío de este fin de semana.