jueves, 1 de abril de 2010

1999

Hacer las maletas, empaquetar, meter recuerdos en cajas, pereza - a medias. Sin embargo no hay mal que por bien no venga, y supongo que así será, nada que no se pueda evitar, nada que no lo apacigüe una tarde cualquiera.
Pero este año es muy raro, todo me hace cierta ilusión, estoy así como entre bobalicón y lúcido. Bobalicón porque no me regodeo en nada, sólo en lo mejor, me mantengo sumido en ello. Lúcido porque estoy dispuesto a relativizar cualquier elemento distorsionador, de la manera que sea, para que mi índice de bravuconería no descienda lo más mínimo.

Todo va bien, me repito constantemente. Inmediatamente después me pregunto si es necesario objetivizar y observar la situación desde otra perspectiva. ¿Para qué? ¿Qué gano? Nada, o peor aún, algo que no me interesa lo más mínimo.

A pesar de todo tengo que ser críptico, debo, apenas si sería consecuente declarar mi estado habida cuenta de las circunstancias que me rodean. Una mierda, vamos, uno no escribe para ocultarse ni para hacerse el interesante. Lo del misterio ya está manido, y no me apetece ir luego y decir que todo era el fruto de alguna imaginación perturbada. Simplemente persigo observar ávidamente qué suelto por esta boquita, que es mía si nadie dice lo contrario.

No es una actitud muy adecuada para justificar una auténtica depresión, ésta. Me da igual, seguro que si me lo propongo me pongo muy triste. Seguro que si me lo propongo, claro. Mon dieu, me estoy aburriendo a mí mismo. Será porque hoy no he salido a la calle más que para ir de compras y algo más tarde para ir a buscar una administración de loterías a echar la quiniela. El caso es que no pruebo con el azar desde hace años, y quizá por eso la suerte ha elegido que la administración nº89 de Barcelona estuviera cerrada diez minutos, 10, antes de la hora. Hoy también he tenido que trabajar, aunque mucho menos que ayer; ya he metido el portátil en la maleta. Se terminó, ahora vienen 4 días de absoluto relax y de Shout Out Louds, que no termino de comprender por qué me gusta tanto, pese al evidente descenso de calidad que ha sufrido su música en el último disco. Relax, gimnasio y depresión, la combinación perfecta para 4 días en los que no tengo plan más definido que tocarme elegantemente los huevos a dos manos.



O lo que surja.

1 comentario:

  1. "Una cierta ilusión"...entiendo que lo digas con miedo, por la fugacidad de la sensación, por ese "esto pasará y volveré a mi estado inicial", por ese globo al que se le intenta insuflar buenas intenciones y propósitos y que parece que no hay fuerza para cerrar el orificio por el que el oxígeno entra...Buen grupo, no tenía el placer de conocerlos. Una pequeña aportación: Los Campesinos

    ResponderEliminar