domingo, 24 de enero de 2010

Definición

Leo mi último texto y no me gusta, hay una falta ya en la segunda línea. Esto, en realidad, no deja de ser más que un diario, y este en sí es ya un un motivo para no juzgarlo(me). Una serie de pensamientos al que unos pocos, contadísimos, acceden. Muchos me preguntan si aún sigo escribiendo. Yo siempre respondo que no, pero que no descarto volver a ponerme pronto.

A mí me despista el hecho de no saber lo que voy a escribir al ponerme delante del teclado, más o menos como cuando en los 90 me enfrentaba a un folio en blanco con el objetivo de escribir mezclando alguna ocurrencia que otra sobrevenida con anterioridad.

En realidad hago esto porque es la única forma que tengo de comunicarme conmigo, de explicarme qué sucede. Hoy me apetece confesarme que me he enfrentado, cobardemente, a una de las dos hermanas, a aquella a la que me declaré. Mario, la verdad es que todo me parece tan poco creíble, me ha dicho. Quizás sea lo mejor para todos, le he respondido. No me ha insultado, y eso supone una victoria, sin duda. Pero no se lo he repetido, no he sido valiente, y quizás es que me conozco la historia y no tenga ganas de revivirlo de nuevo:
Me gustas, siento algo por ti, me estoy enamorando, te quiero, deseo estar contigo, te echo de menos, adoro levantarme contigo por las mañanas, si no estás no me apetece, no me pasa nada, hoy no puedo, tu sabrás lo que haces, lo siento, perdóname, necesito estar solo, tenemos que hablar, adiós, que te den.

O simplemente s que me acojona, yo qué sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario