miércoles, 27 de enero de 2010

Bostezo, y sonrío

Aquí, en el sofá de casa de mis padres, esperando a que mi madre sirva la cena. Hoy espero dormir bien, llevo días despertándome a horas que no procede. Anoche a las 3:20, y media hora más tarde otra vez.

Luego a las 5:15 pongo una alarma con el here today, gone tomorrow de Los Ramones. Estoy tan cansado que ni me apetece ir a youtube a buscar el link. Luego ya suena la alarma, el buzzer de los cojones del reloj de mesilla, a las 6 y 36. 8 cafés dan fe. Al parecer hay unos aparatos que te permiten tener la sensación de estar amaneciendo en un cuento de Disney. Seamos realistas, uno de esos no me haría ningún bien.

Ahora bostezo, me llora el ojo derecho, me pesan los párpados, y sonrío. Me sumo en una tranquilidad inusitada, en una relajación casi apocalíptica. Me han sometido a 2 estudios del sueño, curiosa experiencia. La primera ocasión saltaron las alarmas. La segunda, cuando parecía que todo estaba perdido, me rendí, decidí no volver a dormir, no pelearme más contra ingestas indeseables. Si no dormía, estaba bien, no quería volver a depender de nada.

Estuve 5 días sin dormir.

Y hoy duermo bien y de lo más que puedo quejarme es de un par de despertares. 5 noches sin dormir, con sus 5 días. De día yo me prohibía caer, sólo debía suceder de noche, fue brutal, me desintoxiqué de todo -sobre todo de mí mismo-, convertí en todo un machote. Recuerdo que cuando empezaba a conciliar mínimamente, algún espasmo en las extremidades me golpeaba a mí mismo.

Creo que fue entonces cuando mi sensibilidad se fue a tomar por culo.

Y es duro haberlo vivido, pero genial haberlo superado así. Lo que no te mata te hace más fuertecito. Si bien soy consciente de mi capacidad innata de cometer errores absurdos, soy más consciente aún de mi capacidad para remar hasta la orilla, aunque me quede sin aire ni sustento, aunque a veces pierda de vista la Tierra.

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